Kate Middleton anunciaba este viernes que padecía cáncer en medio de las especulaciones y la grave crisis de comunicación de la Casa Real británica.
Tras meses de especulaciones, fake news y fotos manipuladas, Kate Middleton ha zanjado los rumores sobre su estado de salud. La princesa de Gales anunciaba este viernes que padecía cáncer y estaba en tratamiento de quimioterapia. Lo ha hecho en medio de una grave crisis de comunicación, imagen y credibilidad, tras los últimos episodios protagonizados por el Palacio de Buckingham y la familia real británica.
Sentada en un banco en mitad del jardín y con el rostro cansado, Kate Middleton desvelaba, en un vídeo publicado en sus redes sociales, la peor de las noticias. Padece cáncer. Una enfermedad que le fue detectada tras la cirugía abdominal a la que fue sometida a principios de año y que confirma los peores presagios que algunos anuncian meses atrás. Desde el Palacio de Kensington se habían tomado muchas molestias en desmentir los rumores que aseguraban que la princesa Catalina tenía cáncer. La propia BBC aseguraba en sus titulares que la operación no estaba relacionada con esta enfermedad y pedía que se respetase la privacidad médica de la mujer del príncipe Guillermo.
Los fallos de comunicación de la Casa Real en el ‘caso Kate Middleton’
En el vídeo se puede apreciar a Kate muy delgada y conmovida por su estado de salud, pero con un tono perfecto y un saber estar, agradeciendo las muestras de cariño y el apoyo recibido. Una comunicación casi perfecta con la que la institución real podría haber salido airosa, de no ser por el blindaje de información que hace meses protagonizan. Las malas decisiones y los errores de comunicación que se han producido en los muros de Buckingham no han hecho sino agravar el descontento generalizado de la sociedad británica.
El silencio de la Casa Real inglesa, el vaivén de informaciones y las apariciones forzosas de Kate Middleton habían hecho evidente la grave crisis de comunicación de Buckingham Palace. Recordemos que el comunicado sobre la operación de la princesa de Gales llegó después de su intervención, tras el alta, el Palacio de Kensington aseguró que todo había salido bien y que Kate estaría alejada de la vida pública hasta después de Pascuas. Sin embargo, la escasa información sobre la evolución del estado de salud de la royal encendió la mecha de las fake news en Internet, obligando a palacio a desmentirlas, pero manteniendo el silencio.
Durante un tiempo las aguas parecían haberse calmado, pero la ausencia del príncipe William en el homenaje a Constantino de Grecia, desató un nuevo tsunami social. A partir de ese momento una concatenación de errores y manipulaciones desencadenaron una de las mayores crisis de comunicación de la Casa Real británica.
Manipulación y errores de comunicación
Por un lado, la aparición forzosa de Kate Middleton en el asiento del copiloto de un coche conducido por su madre. Por otro, una fotografía manipulada y compartida en la cuenta oficial de los príncipes de Gales con motivo del día de la madre en Reino Unido. Una foto que pretendía calmar los rumores, pero que resultó tener un efecto totalmente contrario al descubrirse que estaba editada. En el comunicado emitido por Kensington la propia princesa admitía haber retocado la imagen. Ninguna de estas imágenes estaba publicada por un medio oficial, lo que seguía desacreditando a la institución.
Más tarde llegaría el famoso vídeo de los príncipes paseando juntos en un mercado agrícola de Reino Unido y sobre el que se analizó hasta el último detalle. Una vez más se especuló sobre la autenticidad de las imágenes, había quienes creían incluso que era la doble oficial de Kate, Heidi Agan. Otros negaban la veracidad de su operación al ver a la royal lustrosa y portando bolsas de la compra. Esta última aparición, unida al supuesto intento de «espionaje» del historial médico de la princesa en ‘The London Clinic’, han provocado la aparición oficial y sin filtros de Kate Middleton anunciando su enfermedad.
Sin embargo, todas esta racha de especulaciones y fallos se podría haber evitado si desde palacio hubieran aplicado a la gestión el conocido ‘golden hour’. Este concepto se aplica en las crisis de comunicación y consiste en responder ante una problemática antes de que trascurran 60 minutos. Con esta rápida respuesta se evitan una crisis mayor, acallando los rumores y las teorías conspiratorias.
