Sara Carbonero e Iker Casillas: Este año dos besos y un abrazo [VÍDEO]

Sara Carbonero e Iker Casillas: Este año dos besos y un abrazo. Era uno de los momentos más esperados de la noche de ayer, después de ganar la Eurocopa, pero finalmente no pudo ser, Iker y Sara no se dieron el esperado beso después de la final. Tras el arrebato de pasión que le dio al portero y capitán de la Selección Española hace dos años cuando ganaron la Copa Mundial de la FIFA, a causa de las múltiples críticas que había recibido la periodista por ‘distraerle’ durante la competición, en nuestro país fue el vídeo más visto, dejando a la victoria en segundo plano, y este año, tras las muchas dudas que se han creado, no ha podido ser.
Iker Casillas y Sara Carbonero se han convertido en la pareja sin duda más famosa de nuestro país, y una de las más famosas del mundo. Tras ganar hace dos años la Copa del Mundo, al portero de la Selección Española no le importó que medio mundo estuviera mirando esas imágenes, y le plantó un apasionado beso a su novia, mientras ella pretendía hacerle unas preguntas.
 
Esto fue consecuencia de que muchos especularon con el hecho de que la periodista podría distraer al portero de la Selección con su presencia durante el campeonato, lo que dejaron claro que eran rumores y críticas sin fundamento.
 
Este año, Sara Carbonero ha sido la encargada de retransmitir los partidos de la Selección Española a pie de campo, por lo que además ha sido víctima de otro tipo de críticas, tras algún comentario desafortunado, como el lapsus que tuvo con Andrés Iniesta tras finalizar los penaltis contra Portugal, convirtiéndose durante algunos momentos en trending topic de Twitter.
 
Pero este año no ha habido beso. Tras haber tenido que hacer un viaje relámpago a España para asistir al funeral de su abuelo materno, Sara Carbonero no quiso perderse la esperada final España-Italia, y tras el triunfo, el tercero consecutivo, la periodista entrevistó a su novio, que la recibió con dos tímidos besos, y se despidió con un tierno abrazo.
 
Está claro que el beso más famoso de la historia del fútbol es irrepetible.