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El cariño que la gente tiene por los Reyes de España traspasa las fronteras nacionales. Así se ha podido comprobar durante su viaje oficial a Luxemburgo. Allí, Felipe VI y doña Letizia han sido aclamados por los ciudadanos, entre ellos muchos españoles, y la prensa local ha resaltado la elegancia y la preparación de nuestros Reyes. Eso sí, como en todos los sitios, también recibieron algún pito y se escuchó algún “viva la República”. Está claro que no se puede contentar a todos.
Sus Majestades los Reyes han recibido el cariño del pueblo luxemburgués. En un nuevo viaja oficial, tras los realizados a Portugal, Francia, Estados Unidos o Marruecos, en este ocasión realizado con el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, fueron recibidos a su llegada al aeropuerto de Luxemburgo por Su Alteza Real el Príncipe Guillaume, Gran Duque Heredero de Luxemburgo. Tras los correspondientes honores, se dirigieron al Palacio Gran Ducal, donde fueron recibidos por Su Alteza Real el Gran Duque de Luxemburgo.
Una vez finalizada la ceremonia, en la que se interpretaron los himnos nacionales y ambos jefes de Estado pasaron revista a las tropas, mantuvieron un encuentro con Sus Altezas Reales los Grandes Duques Henri y María Teresa. Posteriormente, los Grandes Duques ofrecieron un almuerzo en honor de Don Felipe y Doña Letizia, al que asistieron Sus Altezas Reales los Príncipes Guillaume y Stéphanie, Grandes Duques Herederos de Luxemburgo.
Por la tarde, los Reyes mantuvieron reuniones de trabajo con el presidente de la Cámara de Diputados, Mars Di Bartolomeo, con el primer ministro, Xavier Bettel, y con el ministro de Asuntos Exteriores, Jean Asselborn. Una vez finalizados estos encuentros, Don Felipe y Doña Letizia se reunieron con los Grandes Duques Henri y María Teresa, concluyendo de este modo el Viaje Oficial a Luxemburgo. El Príncipe Guillaume acudió al aeropuerto de Luxemburgo a despedir a los Reyes de este viaje relámpago, que partieron rumbo a Bruselas, donde estarán hoy durante todo el día.
Después de pasar un mal trago con el funeral por las víctimas del accidente de Cieza, los Reyes han vuelto a sonreír en una visita que les ha servido para recibir el cariño del pueblo.
