La séptima edición de ‘La Isla de las Tentaciones’ está llegando a su fin y es hora de hacer balance y analizar el recorrido de los concursantes
Sentimientos encontrados, desconfianza, impotencia, despecho, venganza, conexiones que surgen de la nada, melancolía… son algunas de las emociones y sentimientos que mejor podrían definir esta edición de ‘La Isla de las Tentaciones’.
Cinco parejas dispuestas a demostrarse a sí mismos y a toda la audiencia del programa que su amor estaba por encima de todo se sumergieron en una aventura que, sin duda, les ha cambiado la vida. Dos de ellas abandonaron prematuramente el reality y, en su lugar, entraron otras dos parejas que, si bien ingresaron más tarde, han sido, hasta el momento, las únicas en caer en la tentación. Así pues, llegados a este punto, hagamos un repaso de los tentadores, determinando quién sale más reforzado de ‘La Isla de las Tentaciones’.
Julen Muñoz, sinceridad, respeto y capacidad de conquista
El primero de los dos tentadores que más impacto y cariño han generado tras su paso por el programa es Julen Muñoz. El modelo vasco comenzó la experiencia desarrollando un perfil más bajo, apoyando a las chicas en todo lo que necesitaran y siendo el alma de la fiesta con sus compañeros cada noche. Sin embargo, la entrada de Mariona lo cambió todo para él. La novia de Adri rápidamente puso sus ojos en él y su conexión avanzó a la velocidad de la luz.
Sin apenas darse cuentas los jóvenes avanzaban más y más en su relación. Pasaban muchísimo tiempo juntos, compartían confidencias e, incluso, empezaban a dormir juntos. La clave en esta pareja siempre fue el respeto que mostró Julen en todo momento. Él era consciente de que Mariona tenía novio y, por lo tanto, debía esperar a que fuera ella quien diera ciertos pasos hacia dejarse llevar o, por el contrario, mantener las distancias con su tentador. Finalmente, la atracción se les acabó yendo de las manos y se produjo el beso que, en el fondo, ambos estaban deseando.
Álvaro Boix, los clásicos nunca fallan en ‘La Isla de las Tentaciones’
Habiendo repasado el concurso de Julen como uno de los grandes protagonistas de esta séptima temporada de ‘La Isla de las Tentaciones’, cabe resaltar de la misma manera la irrupción de Álvaro Boix en el concurso. El ex de Rosario llegó a Villa Montaña con un claro propósito: tentar a María o, al menos, sacar su mejor versión. Por complejo que pudiera parecer, Álvaro ha logrado sus dos cometidos haciendo que pareciera fácil.
Es cierto que, en primera instancia, María trató de evitarle al máximo, asegurando que la hizo daño en el pasado y que un acercamiento con él podría herir a su novio. Sin embargo, hay conexiones e historias que, por mucho que se intenten cerrar u olvidar, siempre vuelven. La química entre la malagueña y el ilicitano es tal que, desde la llegada de Álvaro, María comenzó a ser otra o, mejor dicho, empezó a ser ella misma. Al principio no podía ni mirarle a la cara, sabía que una simple mirada podía provocar que sus cenizas comenzaran a arder con más fuerza que nunca.
Sin embargo, finalmente, María decidió refugiarse en Boix para hacer su estancia más llevadera su estancia, consciente de que Álvaro jamás la mentiría y aconsejaría siempre buscando lo mejor para ella. Y así fue, a pesar de su enemistad con David, el ilicitano no quiso poner entre la espada y la pared a una María con la que sabe que, tarde o temprano, el destino le volverá a cruzar y, justo entonces, podrán continuar una historia de amor que ni mucho menos está zanjada.