La muerte del actor estadounidense Mark Salling, conocido por su participación en la serie Glee , ha sido como consecuencia de un suicidio. Tal y como ha confirmado su abogado. El actor se declaró culpable de posesión de pornografía infantil el pasado octubre y parece que todo está relacionado. El letrado indicó que el artista era una persona amable y añadió que estaba haciendo todo lo posible para reparar y pagar por sus errores.
Mark Salling se convirtió en lamentable protagonista el pasado mes de octubre cuando se declaró culpable de posesión de pornografía infantil. Desde ese día, su vida cambió por completo. Una carga mental que no ha podido soportar, hasta el punto de que se ha suicidado ahorcándose.
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Un portavoz de la oficina del médico forense del condado de Los Ángeles detalló que el cuerpo se encontró hacia las 9 de la mañana en el lecho de un río en Sunland, un barrio situado en el norte de Los Ángeles. Y fue su abogado quien confirmó que la muerte fue un suicidio. El letrado quiso destacar que, pese a su delito, su defendido era persona amable, y que en los últimos meses estaba intentando pagar los errores cometidos. El actor reconoció haber descargado de internet miles de archivos de pornografía infantil durante tiempo.
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Hay que recordar que el actor lo tuvo todo, ya que interpretó en la popular serie Glee al personaje de Noah ‘Puck’ Puckerman a lo largo de las seis temporadas, desde 2009 a 2015 y y donde compartió cartel con Lea Michele, chica Loreal. Pero todo cambió cuando el pasado mes de octubre se declaró culpable de posesión de pornografía infantil, por lo que se enfrentaba a una pena de cárcel de entre cuatro y siete años. El juicio estaba previsto para el 7 de marzo.
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Mark Salling: La maldición de Glee
No es la primera vez que la serie Glee se ve envuelta en el infortunio, ya que el también actor Cory Monteith murió en 2013 por una sobredosis a los 31 años. Ahora los dos forman parte de ese listado de actores que murieron jóvenes y en extrañas circunstancias. Está claro que Mark Salling no ha podido soportar la presión de la gravedad de los hechos.
