Tras la muerte, el pasado martes, de María Teresa Campos, en el día de ayer se ha conocido el fallecimiento de María Jiménez
La sociedad y la cultura españolas vuelven a teñirse de negro para guardar luto a la gran intérprete sevillana María Jiménez. En la madrugada del 7 de septiembre de 2023, sus seres queridos hicieron pública el trágico suceso con un duro comunicado que exponía lo siguiente: “Con profunda tristeza y dolor en nuestros corazones, despedimos hoy a María Jiménez, mujer amada y respetada por su compromiso inquebrantable con su familia, amigos y admiradores. Un espíritu indomable, una personalidad arrolladora, una mujer fuerte y valiente que luchó contra todas las adversidades más allá de lo imaginable”.
Asimismo, el escrito prosigue exponiendo: “Dedicó su vida a sus dos hijos, Rocío y Alejandro, sus pasiones, sus amigos, a los que cultivó y amó con gran generosidad hasta el final de sus días, a su hermana Isabel, a la que adoraba, y siendo bandera de libertad”. Finalmente, acaba concluyendo: “Se nos va la última gran diva, y una nueva estrella pasa a formar parte del firmamento, con un brillo intenso. Sin lugar a dudas será profundamente extrañada, la echaremos mucho de menos, su familia, amigos y admiradores, pero su legado vivirá para siempre”. Todo ello, todo este comunicado tan emotivo, lo firma su hijo Alejandro, para quien estos momentos deben estar siendo terriblemente duros.
Un legado imborrable
Tal y como afirmaba el comunicado de despedida a la cantante andaluza, a pesar de su fallecimiento, su historia y su legado jamás caerán en el olvido. María fue, sin duda, una mujer adelantada a su tiempo, una intérprete capaz de marcar una época y una persona que dejó huella en todos los que tuvieron trato con ella.
Su célebre “Se acabó” supuso un golpe encima de la mesa, con el que María Jiménez consiguió hacerse un hueco en la historia de este país en una generación que, sin debate alguno, destacó por el sinfín de grandes artistas que emergieron en España.
Una historia de superación y sacrificio
Se han comenzado exponiendo logros y el legado de nuestra protagonista en el día de hoy, pero lo que muy poca gente sabe es que, para llegar ahí, María Jiménez tuvo que anteponerse a una infinidad de adversidades que le planteó la vida.
La sevillana comenzó ejerciendo como ama de casa hasta que empezó a despuntar en los escenarios. Sin embargo, justo en ese momento, cuando María estaba emergiendo en la música, la célebre intérprete quedó embarazada. A pesar de la época y el contexto en el que se hallaba, María Jiménez hizo gala de su valentía y decidió sacar adelante a su hija sola, sin una figura paterna, es decir, como madre soltera.
Rocío, que así se llamó su hija, era el punto débil de María Jiménez, su gran debilidad, la niña de sus ojos. Es por ello que, el 8 de enero de 1985 se convirtió en el peor día en la vida de nuestra protagonista. Aquel fatídico día, María perdió a su hija de tan solo 16 años en un accidente de tráfico. Esta tragedia, sin duda, marcó un antes y un después en la vida de la cantante; ella jamás llegó a superar del todo ese revés tan injusto que le había asestado la vida.
Descanse en paz, María Jiménez
A pesar de todo lo narrado anteriormente, María siempre fue capaz de mostrar entereza y fortaleza de cara al público. Buena prueba de ello son sus declaraciones tan ingresar de gravedad por una obstrucción intestinal allá por 2019, en las que enunciaba: “Hay María Jiménez para rato”.
Por último, debemos exponer nuestro más sentido pésame a los familiares y seres queridos de María Jiménez, una mujer que será eterna, eterna por su personalidad, por sus canciones y por un legado que, como expresa el comunicado, nunca desaparecerá.