La cantante Lizzo, abanderada de la lucha por la igualdad, ha sido denunciada por tres de sus bailarinas por acoso sexual y ambiente hostil.
La artista Lizzo, siempre a favor de las minorías y contra en body-shaming ha sido denunciada por tres de sus exbailarinas por haberlas acosado sexualmente y haber hecho comentarios negativos sobre su cuerpo, presuntamente.
Sí, sí, has oído bien, la defensora acérrima contra todo tipo de comentarios abusivos o de carácter malicioso ha sido acusada de hacerlos ella misma.
Las redes sociales están que arden por los testimonios de las tres denunciantes y más afectados que no han querido formar parte de la querella por posibles represalias.
Además, los afectados relatan cómo la cantante, que siempre ha celebrado su físico, reprendía a una de ellas (Arianna Davis) por haber engordado después de la actuación en el festival de música South by Southwest.
Asimismo, la bailarina, que habría intentado grabar una reunión donde se la insultaba, estuvo a punto de ser despedida por lo mismo.
Además, Lizzo hizo caso omiso a que el motivo de la grabación de la reunión fue por causas médicas.
Demanda colectiva contra Lizzo y la capitana de su grupo de baile
La demanda, que se ha presentado a través del Tribunal Superior de Justicia de Los Ángeles, ha salido a la luz por medio de la NBC.
Por si no fuera poco, además, la capitana o líder del grupo de baile, Shirlene Quigley, también ha sido acusada de hacer favoritismo a alguno de los bailarines y bullying a otros intentando desfavorecerlos con comentarios totalmente fuera de lugar en un ambiente de trabajo.
También, Quigley juzgaba duramente a aquellos bailarines que hubieran mantenido relaciones sexuales de manera prematrimonial. Estos comentarios eran de carácter lascivo y teatral, emulando una relación sexual oral.
Las bromas y comentarios no se quedaban ahí, una de las denunciantes comentaba cómo se reían además de aquellos que fueran «vírgenes». Parece que los testigos no han asegurado que Lizzo estuviera presente durante estas burlas, según su abogado, Zambrano.
No es oro todo lo que reluce, y la cantante Lizzo no solo se queda con las críticas superficiales de los bailarines, sino que también se la acusa de racista, comentarios relacionados con la religión de los demandantes o ventajas económicas, entre otros.
Arianna Davis y otra exbailarina, Crystal Williams intentaron llevar estas quejas a la productora de Lizzo sin éxito alguno. Más tarde fueron despedidas. La tercera demandante, Noelle Rodríguez, renunció ella misma.
Es importante destacar uno de los hechos relatados en la demanda de las bailarinas. Resulta que las fiestas postconcierto del elenco de la artista eran casi de obligada asistencia. Si no asistías no se te beneficiaba posteriormente.
En la fiesta que sucedió tras su concierto en Amsterdam de principios de 2023, la cantante forzaba a sus bailarines a turnarse para tocar a a artistas desnudos –a veces participar de stripteases– y «a turnarse para atrapar consoladores lanzados desde las partes íntimas y comer plátanos desde estas».
Las bailarinas, en concreto Davis, fueron presionadas –después de negarse más de tres veces– para seguir estos juegos sexuales y a tocar los senos de otras mujeres desnudas.
Además de crear un ambiente hostil de trabajo donde se jugaban el puesto de bailarinas en ensayos de más de «12 horas sin parar» hasta que la ropa se les rompía, literalmente.
La demanda no especifica ninguna cantidad de dinero para compensar a las víctimas, de momento.
La desmoralización colectiva de la cantante y la líder de los bailarines no es, ni parecido, el mensaje que trata de representar esta ante el mundo.