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Kate Middleton ha pasado con sobresaliente su visita a Nueva York. La ciudad de los rascacielos se ha quedado pequeña para la duquesa de Cambridge que ha mostrado elegancia, simpatía y ternura por todos los rincones. Los Duques han inaugurado su agenda navideña con una visita a la Gran Manzana, en la que nos han dejado las bonitas imágenes de su propio ‘otoño en Nueva York’. Para posteriormente, Kate ocuparse de su agenda personal, mientras Guillermo se entrevistaba con Barak Obama.
Kate Middelton y su esposo Guillermo están dejando huella en su visita a Nueva York. La ciudad de los rascacielos no está siendo ningún problema para los duques de Cambridge que están dejando huella con todo su reportorio.
En la jornada del lunes, Guillermo estuvo en Washington para atender a una conferencia con el Banco Mundial y allí fue recibido, en la Casa Blanca, por el presidente de Estados Unidos, Barark Obama, mientras Kate se quedó sola en la Gran Manzana. No hubo ningún problema, porque la princesa se reunió con la esposa del alcalde, Chirlane McCray, con la que ha visitado Northside Center for Child Development, un centro de desarrollo infantil. Allí volvió a hacer gala de su excelente trato con los niños, al más puro estilo Lady Di.
Por la tarde, con su marido ya de vuelta, los dos sacarán su lado más informal acudiendo a ver un partido de baloncesto de la NBA que enfrentará a los Brooklyn Nets y los Cleveland Cavaliers. No faltaron los selfies, las fotos con jugadores e incluso se pudieron ver en el videomarcador del pabellón. Pese a su embarazo, a Kate se la vio muy bien y sin achaques.
Por su parte, hoy martes los duques de Cambridge han comenzado recorriendo el Memorial del 11 de septiembre, y por la noche cerrarán el viaje con una gran cena de gala en el Museo Metropolitano por el 600 aniversario de la Universidad de St. Andrews, que servirá para recaudar fondos para los estudiantes menos favorecidos y la construcción y mejora de nuevas instalaciones.
Sin duda, un reflejo de la nueva monarquía. Guapa, simpática y que está cada vez más cerca de la gente. Al igual que ocurre con nuestros reyes de España como se ha comprobado en sus 100 primeros días. Aire fresco para la realeza.
