Mientras la Infanta Cristina se trasladará a Suiza con sus hijos, Iñaki Urdangarín se queda en Barcelona. La segunda hija de Don Juan Carlos y Doña Sofía lleva varias semanas buscando residencia en Ginebra, donde finalmente se trasladará a vivir junto a sus cuatro hijos próximamente por motivos de trabajo, pero sin la compañía de Iñaki Urdangarín, quien seguirá residiendo en Barcelona como hasta ahora. A pesar de que el matrimonio haya decidido seguir unido tras la gran cantidad de escándalos que le rodean, parece que éste podría ser el primer paso hacia el divorcio con el que lleva especulando mucho tiempo.
Desde hace varios meses, la Infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarín se encuentran en el punto de mira tras la imputación del Duque de Palma en el Caso Nóos, por lo que su estancia en nuestro país está siendo de lo más polémica, algo que indirectamente les está salpicando a sus cuatro hijos, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene, quienes han tenido que escuchar cosas que ningún niño querría oír acerca de sus padres.
Por esta razón, el matrimonio lleva un tiempo pensando en trasladarse fuera de nuestras fronteras, y a pesar de que en un principio parecía que Catar sería el destino elegido, ya que Iñaki Urdangarín estaba negociando para convertirse en el nuevo ayudante del entrenador de la selección catarí Valero Rivera, sus diferencias con las autoridades truncaron esta posibilidad.
Mozambique también se barajó como una posibilidad, e incluso Londres, ya que según los rumores, el Duque de Palma, cuyos correos serán públicos a partir de ahora, trabajaría con el padre de Marie-Chantal Miller, pero finalmente el destino elegido ha sido Suiza, y en concreto Ginebra.
Lo más sorprendente es que solamente será la Infanta Cristina la que se trasladará a la capital suiza junto a sus cuatro hijos a finales de este mes de agosto, y es que los pequeños ya estarían matriculados en un colegio para principios de septiembre comenzar el nuevo curso escolar.
La segunda hija de los Reyes comenzará a desempeñar su nuevo trabajo en Ginebra, que consistirá en gestionar y coordinar los programas de la Fundación La Caixa con varias agencias de la ONU, cuya sede se encuentra en la ciudad suiza, mientras su marido, del que salieron a la luz sus infidelidades hace unos meses, permanece en Barcelona junto a sus abogados preparando su defensa.
Esta decisión ha provocado un aluvión de comentarios y especulaciones en torno al matrimonio, e incluso algunos ya hablan del primer paso hacia el divorcio. El tiempo lo dirá.