Gesto de la academia. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha sido premiado con el Nobel de la Paz 2016. Y eso que no ha logrado su objetivo, pero desde Suecia han tenido en cuenta su intento de establecer la Paz en su país tras las conversaciones con las FARC. «El hecho de que la mayoría de los votantes hayan dicho que no al acuerdo no quiere decir que el proceso de paz haya terminado», asegura el comité.
Un premio que ya ha sido alabado por muchos, pero también criticado por otros. Y es que el premio Nobel de la Paz 2016 ha recaído en Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, por sus esfuerzos para conseguir la paz en el país suramericano. Pese a que el pasado fin de semana, el pueblo dijo no a las condiciones que había llegado con las FARC.
La portavoz de la organización declaró que han decidido premiar a Santos por el empeño personal que ha puesto en un proceso de paz destinado a terminar con una guerra civil que ha azotado el país durante más de 50 años. Un gesto bonito, pero que no acaba de ser entendido por muchos.
Premio para el pueblo
Además, los colombianos también se pueden dar por aludido porque es “un homenaje al pueblo colombiano que, a pesar de todos los abusos sufridos, no ha perdido la esperanza de lograr una paz justa y a todas las partes que han contribuido a este proceso de paz».
Santos ha ganado a un galardón que se habían presentado 376 candidaturas, de las que 148 eran organizaciones y 228 eran persona, una de ellas la reina emérita Sofía, que ya lleva unos años presentándose. En 2015, el Nobel de la Paz recayó en el Cuarteto Nacional de Diálogo de Túnez por su «contribución a construir una democracia plural» en el país tras la revolución de 2011.
Ahora se marcha a Colombia, pese a que la paz todavía no se ha establecido. ¿Crees que es un galardón merecido o un gesto de postureo? ¿Es un tirón de orejas de los noruegos a los colombianos?