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Existen personas que pasan de ser famosos a ser mitos. Con su precipitada muerte, el actor James Dean es uno de ellos. Cuando se cumplen 60 años de su fallecimiento en accidente de tráfico, son muchos los que hoy le tienen como un ícono. Un rebelde sin causa que murió joven porque aseguraba que así el cadáver era más bello. Repasamos la vida de este norteamericano que con solo tres películas se convirtió en un referente en Hollywood.
Se cumplen 60 años del fallecimiento de James Dean. Cuando se dirigía a una competición de automóviles en California, no pudo esquivar un coche que venía en dirección contraria y murió en el accidente. Su Porsche Spyder 550 que conducía se estrelló contra un Ford que giró sin ver, aseguró su también joven conductor, el vehículo de Dean. Ese día murió el actor y nació la leyenda.
Y es que pocos actores han logrado dejar una huella tan profunda. Ya sea al lado de Marylin Monroe, otro mito que perdura en el tiempo, y Humphrey Bogart, es el objeto de afiches, carteles conmemorativos y otros recuerdos de constante evocación de que un «tiempo pasado fue mejor», al menos en el cine. El siempre dijo que quería vivir deprisa y morir joven, para no acabar como otras estrellas de Hollywood, que terminan siendo una sombra de lo que fueron.
Te vamos a contar algunas curiosidades que quizás no sabías.
- James Byron Dean, su nombre real, ha sido el único actor en estar dos veces nominado al premio Oscar de forma póstuma.
- Desde su muerte, Dean se convirtió en un gran negocio: en su ciudad natal existe una galería y un museo. Además se puede visitar la granja donde vivió cuando era niño.
- Su libro favorito era El Principito.
- Su primer trabajo publicitario fue para la marca Pepsi Cola, mientras que solía dormir en el coche.
- Era un amante de los autos de carrera. La Warner Brothers le prohibió correr durante los meses que duró la filmación de la película «Gigante». Curiosamente, dos semanas antes del fatal accidente grabó un anuncio en el que alentaba a conducir con precaución.
Solo hizo tres películas, pero fueron tres obras que le catapultaron al estrellato y que aún son consideradas obras de arte en Hollywood. Rebelde sin causa (1955), Al este del edén (1955) y Gigante (1956) son tres cintas que cualquier amante del cine tiene que haber visto. Rebelde sin causa marcó una generación. Su inolvidable papel de Jim Stark lo convirtió en el símbolo de una juventud desencantada en Estados Unidos.
Como puedes comprobar 60 años después, el legado de James Dean está más presente que nunca en la sociedad. Artistas o estrellas como por ejemplo Grace Kelly que siempre estarán entre nosotros. Una pena. DEP.