¿Es posible el amor eterno? No tenemos la respuesta, pero sí algo que se le aproxima. Y es que el actor Hugh Jackman ha celebrado el 20 aniversario de casados con su mujer. Todo un récord en los tiempos que estamos y sobre todo, cuando eres un bombón como lo es el mítico Lobezno. Pero nada, él no hace caso a las proposiciones indecentes y sigue siendo fiel a Debora Lee. ¿El secreto? Pues quererla desde el primer día, asegura. Como si fuera tan fácil…
«Estoy muy agradecido haberla conocido antes de todo lo que pasó después, porque todo lo que ha vivido en mi carrera y en la pantalla siempre lo hemos hecho juntos» cuando un hombre te dice esto, es que está muy enamorado de ti. Y si encima ese hombre es Hugh Jackman es para sentirte la mujer más afortunada del mundo.
Y es que el actor de 47 años, que ya tiene estrella en el paseo de la fama, asegura que está más enamorado que el primer día de su esposa Debora Lee, y eso que ya han pasado 20 años desde que pasaron por el altar.
Estas declaraciones las realizó en el programa de Ellen DeGeneres, donde se habló de Eddie The Eagle, su último trabajo. Aunque de la peli, como suele ser habitual, poco se comentó y se centraron más en el éxito de ser una de las parejas más estables. «Es algo maravilloso, tener esa historia. Nos conocimos antes de hacerme famoso. Era mi primer trabajo y obviamente ella fue lo mejor que me ha pasado», decía la estrella cinematográfica sobre su mujer. Es que es para comérselo, ¿verdad?
Dos hijos adoptadosEn estos 20 años han pasado muchas cosas, por ejemplo el haber sido padres de dos hijos adoptados, Oscar y Ava. «Mi hijo es… ¿Sabes lo que me gusta de mi hijo? Vio la película Un paseo por el bosque, esa de Robert Redford y dice: ‘Me encanta ese tipo. Ese soy yo’. Él ama estar al aire libre. Le encanta leer, Nunca está con los videojuegos y esas cosas. Hará sin duda algo extraordinario», comentó sobre su hijo de 15 años.
La verdad es que sentimos mucha envidia de la tal Debora, porque se ha llevado a uno de los tíos más sexys del mundo, pero además, la tiene en palmitos. Parece ser que todavía quedan príncipes azules. ¿No crees?
