En medio de la tensa fricción entre ambos, el apodo surge como una brizna de cariño
Desde que se revelara que iba a ser padre a los 69 años, Bertín Osborne no ha abandonado el calor de los focos mediáticos. O mejor dicho, el calor de los focos mediáticos no lo ha abandonado a él. Esta semana, el presentador de Mi casa es la tuya ha vuelto a aparecer entre las páginas de la prensa del corazón por una nueva revelación. Su expareja Chabeli Navarro ha destapado el apodo con el que el cantante se dirigió a ella durante su relación.
«Mi flaquita«, reconocía Navarro en declaraciones a los medios de comunicación especializados en el corazón. Un apelativo con el que, según puede entenderse, Osborne trataba de expresar el cariño que tenía por su entonces mujer. El apodo es solo la punta del iceberg. Hace unas semanas, cuando se descubrió el pastel entre Bertín y Gabriela Guillén, Navarro decidió adoptar una postura abierta y hablar sin tapujos sobre la relación que mantuvo con el presentador, siguiendo el ejemplo de Guillén a la que considera «muy valiente«.
«Reviví lo que yo pase hace dos años. La misma noticia se la di a Bertín hace dos años», confesó al conocer la polémica reciente. «Ella ha sido muy valiente. Yo no lo fui. Me sentí sola, juzgada«. Cabe recordar que Navarro se vio obligada a abortar ante lo que, según sus propias palabras, sintió como una falta de apoyo por parte de sus círculos más cercanos. «Si hubiera tenido un poco de apoyo, yo habría seguido adelante. Me faltó ese apoyo y desde aquí quiero apoyar a Gabriela, que tire para adelante».
Dinero de Bertín
Sin embargo, sus declaraciones sobre la situación de Guillén no la han eximido de responsabilidad. En los últimos días, han circulado rumores de que habría podido recibir dinero de Osborne. Navarro ha optado por desviar la pelota. «Cuando sale a la luz nuestra relación, yo pierdo mi trabajo, estuve varios meses sin trabajo y embarazada…» divagaba. Después de varios rodeos, la joven ha admitido que el cantante le ofreció el dinero «por mi situación precaria«.
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Sus interlocutores no parecían convencidos con su respuesta e insistieron en la razón por la que siguió percibiendo la ayuda económica aún después de haber abortado. «Era un dinero que se me ofreció para ayudarme y lo cogí» dijo por toda respuesta. «Si alguien te ofrece dinero y te hace un contrato de confidencialidad… blanco y en botella. Se me cerraron todas las posibilidades de trabajo, se me caía todo, por eso cogí el dinero», zanjó, dejando entrever que no tenía otra alternativa.
