Existen diferentes formas de sentirnos atraídos por personas y en muchos casos no somos conscientes del porqué
Según la psicología social, hay varios tipos de atracciones que se pueden dar entre las personas. La atracción es un término propio de la física, pero podemos emplearlo igualmente en el área de las conexiones entre personas que obviamente es un objeto de estudio de la psicología social.
A grandes rasgos, podemos definirla como el interés o fuerza que una persona ejerce sobre otra, o incluso el deseo que un individuo despierta sobre otro. Sin duda, son las ganas que sentimos de conocer a una persona y que tengamos la necesidad de establecer algún tipo de relación, e interactuar, con ella. Por supuesto, hay una serie de condicionantes que hacen que nazca este interés y que se desarrolla en diferentes ámbitos de la vida. Es lógico que haya personas con las que tenemos una relación diaria que nos la atraigan, quizás un compañero de trabajo, un amigo o incluso personas con las que nos cruzamos en el autobús a la hora de ir a trabajar, por poner
La atracción romántica, por ejemplo, es una atracción que no tiene que ver nada con lo sexual propiamente dicho. Es quizás un deseo de conectar de forma romántica con la otra persona, tipo emocional y con una relación más profundas. Este tipo de atracción se realza cuando tenemos una buena relación de amistad con otra persona y de repente vemos que eso se ha desarrollado más a nivel sentimental. Lo notamos en que queremos dejar de ser simplemente amigos y queremos compartir más cosas de nuestro día a día.
Sentimos por una persona por la forma en que nos atraiga
Lo sexual se enmarca en la atracción física. Esta es más carnal. Aquí sentimos un fuerte deseo hacia la otra persona más de carácter físico, para establecer relaciones sexuales. Se entremezclan deseos, sexualidad, necesidad de cercanía, pero sobre todo el contacto físico. Tenemos que diferencias entre la subjetiva, que es la atracción que sentimos hacia alguien que no tiene por qué ser necesariamente guapa o atractiva físicamente, pero que nos despierta cierta química por su forma de ser. En contraposición está la objetiva donde indiscutiblemente vemos lo atractiva que puede ser esa persona físicamente.
La atracción sentimental se asemeja mucho a la atracción romántica, aunque en este caso los sentimientos no suponen un romanticismo o estado amoroso, y si podemos mantener esa relación sentimental con un amigo, una pareja sexual o un familiar. En definitiva, son sentimientos que crecen de forma muy intensa pero sin tener una relación de pareja.
La atracción sexual o sensorial es una relación de cercanía y proximidad. Este tipo de atracción se produce cuando las caricias, los mismos y los abrazos son la principal causa por la que queremos estar con esa persona. Aquí queremos experimentar con nuestros sentidos a la otra persona independientemente de que sea nuestra pareja, un amigo o nuestros hijos.
Por último, existe un gran deseo que muchas ocasiones se da en nuestra faceta intelectual. Es la atracción que nos provoca esa persona por las opiniones, conocimientos y otros aspectos del área del saber que vierte una persona y que nos despiertan un deseo sobre esa ella.