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Demis Roussos nos ha dejado para siempre. Pero en el recuerdo siempre quedarán sus canciones, su potente voz y su característica vestimenta. Así fue la vida del gran amante griego, que con tan solo 68 años falleció en un hospital privado de Atenas. En los últimos años había decidido alejarse de la música y de los escenarios y regresar a vivir en Grecia. Una gran pérdida para la música que siempre quedará en el recuerdo con su túnica y aquel soniquete de triki triki triki mon amour.
¿Quién no ha bailado al ritmo del triki triki triki mon amour? Pues bien, su cantante, Demis Roussos falleció ayer a los 68 años de edad. Una gran pérdida para la música por su potente voz ya formaba parte del acervo cultural europeo. Nacido en Alejandría (Egipto) en 1946 en una familia griega de confesión ortodoxa, Artemios Ventouris Roussos regresó a tierras helenas a los 12 años y se inició en el mundo de la música en los años sesenta, primero como humilde trompetista de bar, después en un conjunto y finalmente en solitario, con gran éxito en la década de 1980.
En Grecia, el joven Roussos vivió la fiebre de los conjuntos pop: sus cuerdas vocales se adaptaban a la música más negroide. En 1967, recogiendo el espíritu del momento, formó Aphrodite’s Child, en compañía de tres músicos inquietos, incluyendo a Evangelos Papathanassiou, más conocido como Vangelis.
Inicialmente sin éxito, emigró a Europa y pronto se convirtió en un cantante notable. Su carrera alcanzó la cima en la década de 1970 con una considerable cantidad de álbumes. Destacando su sencillo Forever and Ever (Siempre y para siempre), que se colocó en las listas de popularidad de una gran cantidad de países.
Su primer éxito fue My Reason en 1972 y posteriormente Forever and Ever en 1973. Años después, a mediados de la década de los años 70’s editaría un álbum con estas canciones en el idioma español. En su última etapa, Demis se embarcó en su retorno con el álbum Time, que le otorgó numerosos reconocimientos y ser aclamado por su éxito muy popular en las discotecas Dance of Love. Su potente voz siempre cantó al bonito mar Meditarráneo y era un gran defensor de su dieta.
Su muerte fue confirmada un día después por su amigo, el periodista Nikos Aliagas quien difundió la noticia con un tweet tanto en Grecia como en Francia, también confirmada el mismo día por su hija, quien dio a conocer la noticia a los medios griegos y franceses.
La de Roussos ha sido la primera muerte importante de este 2015, esperemos que no haya que contar muchas más, porque en 2014 ya tuvimos bastantes. Descane en paz.
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