La presentadora no ha donado el dinero de las exclusivas a la fundación de su difunto hijo «porque ahora tiene una boca que alimentar».
La polémica está servida. La actriz Ana Obregón no ha donado todo el dinero de las exclusivas que ha concedido a raíz del nacimiento de su nieta, como había prometido. Al parecer las únicas donaciones que tiene la Fundación Aless Lequio han llegado a través de su padre, Alessandro Lequio.
Tras la muerte de su hijo, Ana Obregón creo una fundación para conseguir fondos de cara a avanzar en la investigación del cáncer, tal y como habrían sido las últimas voluntades de Aless Lequio. Ua fundación que se nutriría, según ha dicho en innumerables ocasiones la propia actriz, del dinero que recaudase de las ventas del libro ‘El chicho de las musarañas’ y de las exclusivas que ella misma diera. Un extremo que según el medio Informalia no se está cumpliendo.
Al parecer, la única donación que ha llegado a la fundación es la conseguida por Alessandro Lequio, padre del joven difunto, quien a través de un amigo recaudó cuatro millones de euros y unas oficinas en el centro de Madrid donde se ha situado la sede de la fundación.
Ana Obregón lo reconoce, pero se defiende «tengo una boca que alimentar»
A la luz de estas informaciones, la veterana actriz ha dicho que esas informaciones no son ciertas. Al menos no del todo. «He donado algunas exclusivas, no todas porque ahora tengo una boca que alimentar», ha dicho a Lorena Vázquez, de Espejo Público.
De igual forma, Ana Obregón ha filtrado a través de periodistas cercanos que aún no ha donado el dinero de las exclusivas porque ella «había hecho un adelanto» de 30.000 euros para crear la fundación y que ha sorteado un bolso de su madre, por el que, según ella misma posteó en Instagram, consiguió 6.020 euros.
Sea como fuere, cabe recordar que desde el nacimiento de su nieta Ana Sandra, la actriz ha concedido cuatro exclusivas en las que ha lucido a la menor, la última de ellas, en el bautizo de la niña, al que no acudió Alessandro Lequio, su abuelo, visiblemente molesto por cómo está gestionando todo el asunto su expareja.