¿Has cometido algún exceso en los últimos meses?, ¿te has probado el bañador y has descubierto que tu físico tiene alguna que otra imperfección difícil de disimular, como exceso de grasa en las caderas o abdomen? Lo primero de todo, nada de agobiarse, porque para ponerse a dieta y empezar a cuidarse siempre es buen momento. Con la temporada veraniega a la vuelta de la esquina, y la mente ya puesta en las vacaciones, es el momento de poner en marcha la operación bikini. No se trata de recortar las calorías y de sacrificarse en el gimnasio. La pérdida de peso debe ser efectiva, es decir, mantenerse en el tiempo. El ejercicio físico, de hecho, es el mejor aliado de la dieta para adelgazar, así como algunos extras como el té verde o las infusiones adelgazantes. Pero, ¿qué debemos comer para seguir una dieta sana y adelgazar?
Empezar una dieta de adelgazamiento también significa revisar los hábitos y corregir aquellos menos saludables. Si tenemos dudas, podemos consultar con el médico o dietetista para establecer un plan de alimentación equilibrado en función de nuestras necesidades y, sobre todo, de la causa que provoca el aumento de peso. Bajar de peso es un objetivo que no se puede lograr de la noche a la mañana. Se necesita paciencia y perseverancia y, por encima de todo, lo que necesitamos una fuerte motivación. Por eso que es importante actuar con la precisión necesaria.
Anota todo en un diario A la hora de seguir una dieta es muy útil llevar un diario para anotar los progresos y las impresiones. Hay que evitar pesarse todos los días y, si lo hacemos, siempre a la misma hora, porque el peso corporal varía a lo largo del día. Es mejor limitarse a anotar el peso inicial y pesarse una vez a la semana. También debemos anotar cuál es nuestro objetivo (kilos a perder) y la fecha que nos hemos marcado para lograrlo, evitando marcarnos retos muy complicados porque eso nos restará motivación.
Los objetivos del programa Si te has probado ese par de jeans que el año pasado te sentaba bien, pero que ahora ya no te permite subir la cremallera, es hora de establecer un plan de acción. En primer lugar, hacemos un buen círculo rojo alrededor del día del mes que corresponde a nuestra meta y planificamos nuestro programa para los siete días de la semana. Anotamos de manera detallada todas nuestras actividades, desde la mañana hasta la noche. La planificación no es trivial, ya que nos ayudará a no cometer errores durante la dieta. Y esto también incluye anotar lo que comemos a lo largo del día. Recuerda que no hay que saltarse ninguna comida, ya que eso tendrá el efecto contrario al deseado.
Desayuno Al levantarnos podemos tomar una taza de té a base de hierbas o té verde, con un extraordinario poder adelgazante. A continuación, hacemos un poco de ejercicio (caminar o trotar de manera suave) por el jardín o la terraza (sino tenemos, dentro de casa o podemos salir a la calle si hace buen tiempo), o de manera alternativa hacer bicicleta, durante diez o quince minutos. Después, una ducha y a desayunar. Un desayuno que puede incluir yogur, para reequilibrar la flora intestinal; 40 g de cereales, que estimulan la digestión; y una manzana, excelente para limitar la absorción de grasa, u otra fruta de temporada.
Conviene evitar la leche entera, bebidas gaseosas o azucaradas que, con el calor pueden provocar hinchazón del estómago, favorecer la retención de agua y facilitar la asimilación de las grasas. Un buen aliado es tomar un zumo de piña y pomelo, con propiedades drenantes y astringente. Podemos tomarlo como aperitivo a media mañana, o bien optar por unas galletas integrales o una ensalada de frutas.
La hidratación es fundamental, debiendo tomar al menos 1,5 litros de agua al día. El agua es aliado de nuestra línea. No debe faltar nunca.
Comida: Ensalada, la que quieras A la hora de la comida, la verdura toma el protagonismo, pudiendo tomar a voluntad. Para ello, podemos preparar una ensalada para cada día de la semana, variando los ingredientes para una dieta equilibrada. Entre los ingredientes, la lechuga aumenta la sensación de saciedad, el hinojo tiene efecto desintoxidante; el pimiento en rico en vitaminas, los tomates evitan la retención de líquidos; y el brócoli o guisantes aportan los ingredientes que necesita para una comida rica en vitaminas y minerales que proporcionan energía sin aumentar el peso. Sazonar con vinagre, para la quema de grasa, y una cucharadita de aceite de oliva virgen extra, cuyos efectos beneficiosos para la salud son de sobra conocidos. Dos veces por semana, disfrutar de un plato de pasta con salsa de tomate (mejor pasta integral, ya que su contenido en fibra ayuda a la digestión y favorece la eliminación de grasas). Incluso el pan de trigo integral es más saludable. Después de comer, es bueno dar un paseo de media hora.
Cena Por la noche, antes de cenar, realizar una media hora de ejercicios de abdominales. Para la cena, podemos elegir entre 2 huevos duros y ensalada de alcachofas, que favorecen la eliminación de grasa; queso y pescado, verduras a la plancha, tomates rellenos, patatas y zanahorias hervidas y ensalada y fruta. No hay que olvidar que la fruta de verano es rica en vitaminas y minerales esenciales para reconstruir nuestros tejidos sin acumular grasa. La sandía por ejemplo, rica en potasio, tiene un bajo contenido de azúcar.
El momento de la verdad Tras seguir la dieta sin cometer errores durante una semana, es momento de verificar si se están cumpliendo los resultados. Pero hay más. Porque entre nuestros objetivos también está el corregir los hábitos alimenticios menos saludables. Una vez completada la primera semana, es momento de marcarse otra meta, a alcanzar para las siguientes semanas. Por ejemplo, perder 2 kilos durante los siguientes siete días. Si vamos renovando los objetivos semana a semana, será mucho más estimulante y evitaremos caer en el aburrimiento o en las prisas.
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