Radicales libres: Antioxidantes y ejercicio físico. Una dieta rica en antioxidantes es la mejor manera de bloquear los efectos de los radicales libres, perjudiciales para la salud, entre otros, porque tienen la capacidad de alterar la estructura de las membranas celulares. Los radicales libres son el resultado de las continuas reacciones metabólicas que se producen en nuestro organismo, el cual dispone de sus propios mecanismos de protección. El ejercicio físico puede aumentar la producción de radicales libres. Para ello, la dieta rica en antioxidantes es la mejor aliada.
Aunque el ejercicio físico aumenta la producción de radicales libres, en ningún caso se bloquean los efectos beneficiosos de su práctica (entre los que se incluyen, según la Sociedad Española de Estudio de la Obesidad, el prevenir las enfermedades cardiovasculares, reduce la tensión arterial y el colesterol, disminuye la trigliceridemia, favorece la capacidad respiratoria, mejora la autoestima y ayudar a reducir peso, sobre todo grasa abdominal). Seguir una dieta rica en antioxidantes, pareja a la práctica de ejercicio físico de manera regular, es la mejor manera de combatir los efectos de los radicales libres, tal y como recomienda la Fundación Española del Corazón. Pero, ¿qué son y qué efectos tienen sobre nuestro organismo? Los radicales libres son la respuesta a las reacciones metabólicas de nuestro organismo y tienen una acción altamente oxidante. Entre otros motivos, son perjudiciales para nuestra salud porque interfieren en la estructura de las membranas celulares, pueden dañar a las proteínas intracelulares y acelerar el envejecimiento celular.
El organismo dispone de sus propios mecanismos de defensa antioxidantes para combatir la producción de radicales libres, la cual puede verse alterada por el estrés y aumentada por la práctica intensa de ejercicio fisico. Con el ejercicio físico se produce una situación un tanto curiosa, y es que, al mismo tiempo que se favorecen las defensas contra los radicales libres, también se aumenta su producción, por lo que se debe seguir una dieta rica en antioxidantes. Algunos de estos antioxidantes naturales que nos aporta la dieta son los betacarotenos, las vitaminas (C y E) y los minerales como el selenio, el magnesio y el zinc. Se encuentran en su mayoría en las frutas y verduras, pero también en las hortalizas, legumbres y cereales integrales.
Una alimentación variada, rica en estos alimentos es la mejor manera de proveer a nuestro organismo de la cantidad necesaria de vitaminas y minerales, esenciales para reducir el daño celular. Los antioxidantes disminuyen los efectos negativos que producen los radicales libre. Un exceso o sobrecarga de radicales libres puede provocar fatiga, sobrecarga muscular a la hora de realizar alguna actividad física o demora en la recuperación.
Antioxidantes: ¿Dónde están?
En nuestra dieta y en nuestro menú diario no pueden faltar. Las vitaminas C y E, y sus propiedades antioxidantes, las podemos obtener de frutas y verduras frescas como los cítricos, las fresas, los tomates, los pimientos, el aceite de oliva, los vegetales de hojas verdes y los frutos secos, entre otros. Por su parte, el betacaroteno, o provitamina A, está presente en los vegetales de tonalidad verde o de tonalidad entre rojo y amarillento (zanahoria, calabaza, espinacas), así como algunas frutas como el melón, las cerezas y el melocotón.
Por su parte, la carne, pescado, cereales, marisco, frutas, verduras y huevos son ricos en selenio, mientras que el zinc lo encontramos en las carnes y vísceras, huevos, legumbres y pescados.