Natto japonés: Propiedades beneficiosas para la salud

El natto es un alimento especialmente rico en proteínas de alto valor y otras sustancias como flavonoides, muy apreciado por los japoneses como ingrediente básico de su dieta. El natto deriva de la fermentación de los granos de soja (en concreto, gracias a la acción de las bacterias conocidas como Bacillus natto, sin sal añadida), brindando interesantes propiedades beneficiosas para la salud. Así, entre otras, es bueno para disminuir los niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre, ayudando al tiempo a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Vamos a ver, más detenidamente, todo lo que nos reporta este alimento.

Propiedades y beneficios El natto ha sido, y sigue siendo, un alimento tradicional de la gastronomía japonesa durante los últimos mil años. Según la tradición japonesa, el famoso guerrero Minamoto se alimentaba todos los días de natto y también se lo daba a sus caballos para aumentar su fuerza y velocidad. A diferencia de la soja normal, el natto contiene más calorías, fibra, calcio, potasio y vitamina B2. Este alimento también es particularmente rico en vitamina K, esencial para la salud de los huesos. El natto se convierte así en un aliado de la salud de las mujeres, más vulnerables a padecer patologías como la osteoporosis, una enfermedad típica de la menopausia.

Este alimento no contiene gluten, por lo que también es apto para celíacos. Por último, tal y como habíamos señalado anteriormente, el natto es una buena opción para aquellos que quieren reducir los niveles de colesterol malo en la sangre, principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares (como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular).

Cómo tomarlo El natto se puede comprar en las tiendas que venden productos asiáticos o alimentos orgánicos. Otra opción es adquirirlo por internet y prepararlo en casa. En cuanto a la preparación, se puede utilizar, al igual que los japoneses, se puede utilizar para platos a base de arroz, sushi y sopa de miso, así como en ensaladas. El sabor es lo suficientemente fuerte y recuerda un poco al queso curado con nueces.

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