Nada mejor para aunar motivación y deporte que practicar ejercicio físico en grupo o dejarse contagiar del reto de nuestros amigos o conocidos de ponerse en forma y cuidar la salud al mismo tiempo. La ciencia avala que calzarse las zapatillas para hacer deporte es contagioso, sin duda, un contagio de lo más saludable.
Numerosos estudios han constatado la importancia de adoptar un hábito tan saludable como hacer ejercicio físico de manera regular. Y para no oponer resistencia, nada como emular los hábitos de otros. Una investigación realizada por la Sloan School of Management del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Cambridge, y publicada en Nature Communications, ha confirmado que el hábito de hacer ejercicio físico se contagia, algo similar a lo que sucede con otros parámetros de salud como el hábito de fumar o la obesidad.
Motivación deportiva para corredores
El runnig reporta beneficios para la salud y es el deporte perfecto para mejorar la motivación deportiva. Precisamente los runners han sido los participantes de este estudio científico que desvela que hacer deporte es contagioso. Más de un millón de corredores de todo el mundo y que además utilizan una red social asociada a gadgets para correr que, entre otros, registran recorridos, velocidad y hasta las calorías consumidas en cada sesión.
Tal y como señalan los investigadores no solo se contagia el interés por empezar a practicar running, sino también la rutina. Así, traducido en kilómetros, por cada kilómetro que sumamos a la rutina diaria, los amigos sumarán 0,3 a la suya. La velocidad y la duración de cada sesión también se contagia.
Y un dato curioso, y es que motivar a los demás para hacer deporte es cuestión de género. En concreto, según los datos de este estudio, los hombres tienden a influir más, pero entre otros corredores masculinos. En el caso de las mujeres, su influencia es más moderada, aunque puede influir en ambos géneros. La respuesta a esta diferencia está en la motivación para hacer ejercicio y para competir de hombres y de mujeres. En el caso de los primeros, no solo se dejan influir más por el apoyo social, sino que tienden a ser más competitivos entre ellos.
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