Algunos hábitos cotidianos pueden convertirse en malas costumbres que nos hacen engordar. Y no solo eso, sino que pueden dar al traste con nuestra dieta sin que apenas nos demos cuenta. Descubre cuáles son las 10 malas costumbres que engordan a la mujer.
¿Por qué no consigo adelgazar estando a dieta? Si te has hecho esta pregunta, antes de culparte por no haber seguido a rajatabla la dieta revisa los hábitos o costumbres del día a día, porque puede suceder que sean precisamente esos hábitos los que estén provocando que no adelgacemos e, incluso, que ganemos peso. Conviene prestar más atención a nuestro estilo de vida, a nuestros hábitos alimenticios. La solución será tan sencilla como cambiar esas malas costumbres por otras más saludables.
- Alimentos adelgazantes. Un error común es pensar que los alimentos o productos bajos en calorías no engordan y que, por lo tanto, podemos cometer algún que otro exceso, por ejemplo, añadiendo un par de cucharadas de más de cereales en el desayuno. Aunque sean bajos en calorías, hay que tener en cuenta que a menudo estos alimentos también contienen azúcares o grasas, que no son adelgazantes.
- Suplementos de proteínas. Para tener un físico esculpido y una gran masa muscular, se pueden tomar suplementos de proteína. Eso esí, es importante recordar que solo se deben tomar si de manera regular se practica actividad física, porque de lo contrario se corre el riesgo de conseguir justo lo contrario, aumentar de peso.
- Café. A menudo, no podemos prescindir de una taza de café. El café, para que resulte beneficioso, hay que tomarlo en su justa medida. Aunque también hay que tener en cuenta que la cafeína estimula la producción de cortisol, la hormona del estrés que nos impulsa a comer más.
- Bebidas alcohólicas. Todos conocemos los efectos nocivos que el alcohol puede tener en el cuerpo. Entre estas consecuencias las bebidas alcohólicas son altas en calorías y, por lo tanto, ayudan a aumentar nuestro peso corporal. Algo en lo que no se suele pensar cuando se opta por tomar alcohol para combatir el estrés y la tensión.
- Comer en el trabajo. Comer en el trabajo es otro mal hábito al que hay que poner límites. De entrada, hay que evitar la tentación de almorzar o comer alimentos de la máquina de aperitivos. Aunque es una tentación a mano, hay que evitarla porque lo único que haremos es ingerir calorías y desequilibrar la dieta. Una buena opción, si tenemos que comer en el trabajo, es llevar la comida en el tupper preparada en casa, para controlar las raciones y los ingredientes. Y si entre horas tenemos hambre, elegir snacks o tentempiés bajos en calorías.
- Hacer ejercicio. Combinar la dieta y el ejercicio es la mejor combinación para cuidar la salud y el peso. Lo que no debemos hacer nunca es cometer excesos en la cena bajo la excusa de darnos una recompensa por el esfuerzo en el gimnasio. En este caso, ese esfuerzo caerá en picado, y lo notaremos en la báscula porque seguramente ganaremos peso.
- Comer por la noche. Algunas personas tienen la costumbre de comer por la noche, un picoteo perjudicial para la salud y el peso, ya que durante la noche no vamos a gastar las calorías ingeridas y eso tenderá a acumularse en forma de grasa.
- Saltarse el desayuno. Saltarse el desayuno es uno de los mayores errores a la hora de cuidar el peso. No desayunar solo hará que se llegue con más hambre a la siguiente comida y se ingieran más calorías de las debidas. Es decir, nos hará comer más.
- Estrés. El estrés puede condicionar nuestra vida y nuestro peso. El estrés puede provocar pérdida de apetito, pero también lo contrario, un hambre más desmesurada.
- Dormir poco. El sueño es fundamental para la salud y para el peso. De hecho, dormir poco o dormir mal puede hacernos engordar. Cuidar la higiene del sueño es básico, ya que de lo contrario nuestro cuerpo producirá más cortisol, lo que le animará a comer más, incluso no tengamos una necesidad real.
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