Las dietas bajas en carbohidratos generalmente se recomiendan para ayudar a adelgazar y a recuperar el peso ideal. Sin embargo, hay un aspecto importante al que no solemos prestar la debida atención. Una dieta adecuada y sana no solo debe seguir cuando nos preocupa perder los kilos de más, sino como norma general. Es decir, tal y como subrayan los expertos, la mejor forma de cuidar la salud y el peso es adoptar un estilo de vida y de alimentación saludable. Comer sano debe convertirse en un hábito cotidiano de la vida. La dieta baja en carbohidratos, también conocidas como dietas low carb, es una de las más discutidas. ¿Es buena o mala para la salud? Vamos a ver más detenidamente en qué consiste y cómo funciona esta dieta baja en el consumo de hidratos de carbono.
¿Cómo funciona? Esta dieta se basa en limitar la ingesta de hidratos de carbono, como los que se encuentran, por ejemplo, en los granos y vegetales con almidón, productos lácteos y algunas frutas. Hay diferentes tipos de dietas bajas en carbohidratos, y en cada una de ellas varía la cantidad y tipos de hidratos de carbono que se puede comer para perder peso de manera eficaz.
Los carbohidratos se encuentran en muchos alimentos y bebidas, de forma natural y artificial, ya que algunos fabricantes incluyen almidón o azúcares añadidos en los alimentos procesados. Durante la digestión, almidones y azúcares se descomponen en azúcares simples, para luego ser absorbidos como glucosa en la sangre y en las células del cuerpo, con la ayuda de la insulina. Una parte de la glucosa se utiliza para producir energía, si bien, en exceso se almacena en el hígado, en los músculos y en otras células para el futuro. La pregunta es si este tipo de dieta puede ser considerada eficaz partiendo de que el organismo utiliza los carbohidratos como fuente de energía.
Contraindicaciones No todos los expertos en nutrición están de acuerdo respecto a que esta dieta sea buena para la salud. Así, mientras algunos afirman que esta dieta reporta beneficios para la salud, tales como la reducción del riesgo de contraer enfermedades como la diabetes, ciertos tipos de cáncer o enfermedades del corazón, al tiempo que defienden que limitar la ingesta de hidratos de carbono lleva al cuerpo a quemar la grasa almacenada.
Otros investigadores, sin embargo, mantienen todo lo contrario, ya que grandes cantidades de proteína y grasa animal puede aumentar el riesgo de cáncer y otras enfermedades. A la larga, además, diversos estudios han demostrado que las personas que siguen esta dieta tienden a recuperar el peso perdido y que, en cualquier caso, la pérdida de peso es similar siguiendo otras dietas que no reducen los hidratos de carbono. Asimismo, inciden en que puede haber algunos riesgos derivados de eliminar de manera repentina los carbohidratos de la dieta, como dolores de cabeza, mal aliento, fatiga, náuseas, estreñimiento, mareos y debilidad. También se debe prestar atención a las deficiencias nutricionales y la aparición de cetosis.
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