El flotador, los manguitos y el chaleco son algunas de las alternativas a la hora de ir a la playa o a la piscina con los niños. Diseñados para garantizar su seguridad mientras se mantiene a flote en el agua, se han convertido en un aliado habitual de los más pequeños para darse el primer chapuzón con confianza y sin riesgos. Un primer consejo que no hay que olvidar: aunque los niños utilicen flotador o manguitos, no debemos perderlos de vista mientras estén en el agua, y si son muy pequeños, bañarse junto a ellos y no dejarlos solos.
Actualmente los podemos encontrar de mil formas y diseños, si bien la estética es secundaria, porque lo importante es el tamaño -adecuado a la edad del niño- y la seguridad que brinda. Un flotador demasiado grande o que se hincha demasiado, por ejemplo, puede dificultar la movilidad del bebé o volcarse, con el consiguiente riesgo. Flotador o manguitos, ¿cuál elegir? Es una de las dudas de los padres, sobre todo primerizos, que vamos a tratar de ayudar a resolver con estos consejos.
Flotadores y manguitos para bebés Para los niños más pequeños, entre los flotadores más novedosos están los asientos hinchables, que permiten al bebé darse un baño sentado junto a papá o mamá. Otra opción disponible son los bañadores que incorporan microcámaras de aire y que permiten al niño mantenerse a flote y realizar movimientos. Cuando el niño ya es un poco más mayor, entre el año y medio y los dos años, también está la opción de los chalecos, los cuales es mejor que lleven arnés incorporado para evitar que se suban cuando el niño se mueve. En este caso, también hay que elegir un chaleco adecuado, de su talla, y que tampoco le quede demasiado ancho ni demasiado apretado, porque le dificultará los movimientos.
Los manguitos de poliestireno pueden ayudar al niño a perder el miedo al agua, pero al igual que los flotadores, hay que tener cuidado de que no se pinchen. Además, deben ser de un tamaño adecuado, ya que sin son demasiado grandes se saldrán al levantar los brazos. Los manguitos y los flotadores no son aconsejables para aprender a nadar, ya que pueden limitar el aprendizaje del movimiento de los brazos.
¿Hay más opciones? Sí, uno de los últimos elementos de seguridad en el agua es el conocido churro, para mantenerse a flote, y los cinturones de tablas de corcho.
Por último, aunque no por ello menos importante, a la hora de comprar un flotador o los manguitos, no hay que dejarse llevar por la estética ni por los precios de oferta, sino por la seguridad. Deben llevar siempre la marca CE, que certifica el cumplimiento de las normas europeas en materia de juguetes seguros para los niños.
También te puede interesar: Natación en bebés: Beneficios de enseñarles desde pequeños y Natación para niños: Cuándo empezar y cómo.