Fármacos antiobesidad: ¿Pueden provocar efectos secundarios?

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Fármacos antiobesidad: ¿Pueden provocar efectos secundarios? Los especialistas discrepan y la diferencia de opiniones radica en las consecuencias que puede tener o no para la salud el recurrir a los fármacos como medida para combatir los problemas de sobrepeso u obesidad. Así, mientras en Estados Unidos la agencia del medicamento acaba de autorizar dos medicamentos antiobesidad, expertos en nutrición de nuestro país se decantan por más hábitos saludables y menos fármacos como medida más efectiva.
 
Qsymia y Belviq. Son los nombres de los fármacos para combatir la obesidad que la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos acaba de aprobar. Una autorización que no cuenta con el consenso generalizado. De hecho, en nuestros país, desde el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, CIBERon, médicos y especialistas desconfían de la plena eficacia de estos medicamentos y, sobre todo, de recurrir a pastillas para combatir un trastorno en el que la alimentación y los hábitos saludables juegan un papel esencial. Los especialistas desaconsejan recurrir a los fármacos como único tratamiento, siendo en su opinión fundamental que ésta se combine con el equilibrio de las calorías ingeridas, la práctica de ejercicio físico y el cambio de hábitos poco saludables a la hora de comer. En otras palabras, el estilo de vida condicionará el éxito del tratamiento contra la obesidad, siendo el enfoque más adecuado, tal y como subrayan los expertos en nutrición y tratamiento de la obesidad de nuestro país.
 
¿Cuáles son las características de estos dos nuevos fármacos y por qué discrepan los expertos? El primero de ellos, Qsymia está diseñado para pacientes con un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 27 y 30 y que además presentan problemas de hipertensión, colesterol o diabetes de tipo 2, la más frecuente. Su aprobación se ha basado en tres estudios. Uno de ellos, el estudio Conquer, analizó la eficacia de dos dosis distintas (combinación de fentermina y topiramato) para la pérdida de peso. El estudio, en resumen, demostró que la combinación farmacológica es más efectiva a la hora de perder peso que el tratamiento con placebo. Asimismo, los investigadores aseguraron que también se habían conseguido mejorías en factores de riesgo cardiovascular y biomarcadores inflamatorios. Un segundo estudio, de resultados similares y duración (56 semanas), también arrojó resultados similares. En este caso, el estudio Equip, se realizó con personas diagnosticadas de obesidad de grado dos y tres. El tercer estudio, Conquer, confirmó los resultados tras un periodo de dos años.
 
¿Por qué generan discrepancias sobre posibles efectos secundarios? Para empezar hay que señalar que la fentermina como medicamento se ha utilizado para tratar la obesidad en Estados Unidos desde hace décadas. Entre sus efectos secundarios se incluyen el insomnio, ansiedad, palpitaciones e incremento de la presión arterial. Por su parte, el topiramato es un medicamento anticonvulsivo que se utiliza para prevenir los episodios de migrañas. Los efectos secundarios más comunes son neuropsiquiátrios. A juicio de los especialistas del CIBERon los estudios no son concluyentes a largo, al tiempo que consideran que no se han estudiado lo suficiente los efectos en pacientes de más edad, grupo en el que la prevalencia de la obesidad sigue aumentando.
 
Por último, los expertos recuerdan que hay otros fármacos en fase de investigación, como los medicamentos termogénicos, la efedrina (estimulante natural), la leptina o la denominada hormona de la delgadez. Todos tienen algo en común y es encontrar una solución definitiva para poner freno al aumento de la obesidad, un problema que según otro reciente estudio de la Universidad de Oregón (Estados Unidos) puede influir en la pubertad y disminuir en la capacidad reproductiva futura (problemas de fertilidad), sobre todo entre las mujeres.

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