La dieta para la gastritis es adecuada para prevenir o aliviar los síntomas de la inflamación de la mucosa gástrica que puede conllevar acidez de estómago, vómitos, nauseas, hemorragia abdominal… se basa en una alimentación sana en la que predominen las comidas ligeras, evitando al máximo las comidas muy pesadas con muchos condimentos y con muchas grasas.
En la dieta de la gastritis se deben hacer cinco comidas diarias poco abundantes en las que predomine los alimentos blandos como el arroz blanco, el plátano y la manzana, mucho más fáciles de digerir.
Si se sufre una gastritis fuerte, durante las primeras horas se debe tomar suero.
La receta del suero fisiológico es muy sencilla de preparar:
En un litro de agua, disuelve seis gramos de bicarbonato, nueve gramos de sal y el zumo de un limón. Si se desea se puede añadir también un poco de azúcar para mejorar su sabor.
Cuando la irritación y el dolor fuerte se han aliviado, conviene seguir la siguiente dieta durante unos días.
- Para desayunar: una manzanilla, un plátano y una manzana (córtalos en rodajas para irlos digiriéndolos poco a poco) y un poco de pan blanco.
- Para almorzar: pera en zumo
- Para comer: arroz blanco (se pueden añadir unos champiñones cocidos si se desea) con un poco de pan blanco, membrillo hervido con miel (dos cucharadas como máximo) y una manzanilla.
- Para merendar: una tostada de pan blanco con membrillo casero o un yogur natural
- Para cenar: una rebanada de pan blanco untada con confitura de arándanos y una manzanilla o una infusión de malvavisco. Recuerda que es importante que esta última comida del día no se realice muy tarde ya que conviene cenar un par de horas antes de ir a dormir.
Siguiendo estas recomendaciones sentirás una mejoría en beve, pero si aún así sientes dolor de estómago después de comer, sigue leyendo nuestros artículo.
