¿Cuál es tu grupo sanguíneo? Es la primera pregunta que habría que hacer antes de seguir leyendo. ¿Sabías que el grupo sanguíneo también influye en el tipo de dieta? Eso, y la predisposición genética, es la premisa en la que se basa la dieta del grupo sanguíneo diseñada por el naturópata Peter J. D’Adamo, en el año 1997, y que propone el dar prioridad a unos determinados alimentos para mejorar la salud y, tal y como asegura, mantener el peso ideal de por vida.
No ha sido el único que se ha centrado en las dietas en función del tipo de sangre. El doctor Piero Mozzi, por ejemplo, es otro de los autores de este tipo de regímenes que recomiendan tomar unos determinados alimentos en función de nuestro grupo sanguíneo. El objetivo es prevenir enfermedades y garantizar un estado de salud óptimo durante el mayor tiempo posible. En otras palabras, de acuerdo con nuestro grupo sanguíneo (0, A, AB o B), hay alimentos que se adaptan mejor a nosotros, que nos hacen sentir bien y otros, por el contrario, que pueden causar alergias, trastornos o favorecer el aumento de peso.
¿Cuáles son los alimentos que debes tomar si perteneces al grupo 0? En términos generales, se considera que las personas de este grupo tienen un sistema inmune muy sensible y un sistema digestivo muy fuerte. Por esto, para mantenerse sanos, deben seguir una dieta rica en proteína animal (carne y pescado), verduras y legumbres (a excepción de algunos, como las lentejas), combinado con un programa de ejercicio vigoroso. Por su parte, conviene evitar los productos que contienen gluten y los lácteos, así como limitar los hidratos de carbono.
Esta dieta permite todo tipo de verduras, sobre todo la coliflor, patatas, pepinos, setas, aceitunas negras y puerros. Para sazonar ensaladas y platos cocinados, utilizar aceite de oliva. Para otros usos, sin embargo, se puede optar el aceite de sésamo. Por último, hay que limitar el consumo de pistachos y castañas.
Se considera que las personas con grupo sanguíneo 0 también son más propensas a padecer hipotiroidismo. Para prevenirlo, conviene combinar la dieta con un programa de ejercicios físicos (aeróbicos, levantamiento de pesas, correr, nadar, caminar, hacer step, gimnasia rítmica, bicicleta o bailar, son algunas de las opciones).
Para finalizar, hay que reseñar que no todos los dietistas y nutricionistas están de acuerdo con este tipo de dietas, recomendando optar mejor por una dieta sana, variada y equilibrada que garantice el aporte adecuado de todos los nutrientes.
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