Una dieta específica para prevenir y controlar la hipertensión es fundamental para las personas que suelen tener la presión arterial alta. No olvides que la salud es lo más importante que tenemos así que ¡cuídate! siguiendo la alimentación recomendada, haciendo algo de ejercicio diariamente e incorporando ciertas pautas a tu vida diaria.
Respecto a la dieta, lo primero que se debe tener en cuenta es reducir la ingesta de sodio, suprimiendo en gran medida la sal en las comidas ¿cómo?
- No eches sal a los alimentos sino que potencia su sabor con ayuda de hierbas aromáticas o especias.
- Destierra de tu dieta los embutidos, el fiambre y las conservas en lata ya que poseen mucha cantidad de sal.
- Si te encantan las salsas, prepáralas tú misma en casa ya que son mucho más sanas que las de compra.
- Los pepinillos en vinagre, las aceitunas, las patatas fritas, las pipas con sal, las palomitas de maíz… no son nada recomendables para las personas con hipertensión. Así que si no puedes resistirte a la tentación de picar entre horas, opta por otros alimentos más sanos y beneficiosos para tu salud.
- Mira siempre las etiquetas cuando vayas a comprar para asegurarte de que los alimentos que incluyes en la lista de la compra son bajos en sal.
- Por otra parte, en una dieta apta para hipertensos es apropiado aumentar la ingesta de alimentos ricos en calcio, vitamina C y potasio, ya que son muy buenos para disminuir la presión arterial.
A parte de una dieta hiposódica con menos sal, es imprescindible llevar un estilo de vida saludable:
- Ingiere alimentos apropiados para reducir la presión arterial dentro de una dieta equilibrada con menús específicos para personas hipertensas.
- Practica ejercicio diariamente. Si no te va mucho o no tienes demasiado tiempo, procura por lo menos salir a caminar todos los días a paso ligero durante aproximadamente treinta minutos.
- Modera el consumo de alcohol, ya que éste aumenta la presión sanguínea.
- Y por último, si sufres de hipertensión y fumas, es el momento de dejarlo ya que el tabaco aumenta el riesgo de padecer una enfermedad del corazón.