Elegir la dieta adecuada es fundamental no solo para asegurar la pérdida de peso, sino para que ésta sea efectiva en el tiempo (evitando el temido efecto yo-yo). La dieta genética tiene la particularidad de ser un régimen personalizado, es decir, adaptado a las necesidades de cada persona y en función de la causa que ha generado el aumento de peso. ¿Funciona realmente? La respuesta está en los genes. Vamos a ver, a continuación, de manera más detenida en qué consiste exactamente y cuáles son los beneficios que nos reporta ponerla en práctica.
¿Cómo funciona? Tal y como indica su nombre, la pérdida de peso con este tipo de dieta se basa en el estudio del ADN de cada persona. Los creadores de la dieta genética apueta por un régimen personalizado y estudiando las necesidades de cada persona. Basada en el principio de que la dieta que necesitamos está de alguna manera escrita en el ADN, antes de iniciarla hay que someterse a una prueba de herencia genética. Las pruebas se realizan simplemente tomando una muestra de un poco de saliva. Hay diversos estudios que apoyan este tipo de dieta. De hecho, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford en Palo Alto, California, llegaron a la conclusión de que una dieta basada en nuestro ADN es, sin duda una de los mejores regímenes y con efectos más duraderos. Eso sí, aunque es una dieta sencilla de seguir, no es económica, ya que implica el tener que realizar un exámen genético cuyo coste es todavía alto.
Ejemplo tipo La dieta genética también tiene como objetivo el mantener en la medida de lo posible los hábitos alimenticios, es decir, tratar de respetar sus gustos y preferencias de comidas, pero adaptándolos a los requisitos de la dieta tras tener los resultados de las pruebas de ADN. El coste de la dieta genética puede variar en función del laboratorio que realice las pruebas. Como ventajas indudables, que se trata de una dieta completamente personalizada, y además es fácil de seguir.
La dieta genética se basa en la información extraída de los 12 genes responsables del metabolismo de grasas y azúcares. Estos explican cómo quemamos calorías, grasas y cómo se mantiene el tejido muscular. Según el caso, puede que tengamos que comer más raciones de verduras, muy eficaces para la pérdida de peso y el bienestar en general por sus nutrientes, ya que ayudan al hígado a eliminar toxinas. O bien, puede que tengamos que centrarnos en incluir en la dieta más alimentos con alto contenido de hidratos de carbono.
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