La miel, aunque resulte sorprendente, puede ser un aliado inesperado para adelgazar. Uno de esos alimentos que no nos dejan de sorprender. Descubre en qué consiste, y si funciona, la dieta de la miel para perder peso.
A buen seguro que los más golosos estarán encantados de poder seguir una dieta donde la miel se convierte en protagonista. Un alimento que, además de reunir múltiples beneficios para nuestra salud -es un antibiótico natural de primera-, también puede echarnos una mano para ganar la batalla a la báscula y perder esos kilos de más que deslucen nuestra figura.
La dieta de la miel para adelgazar, una auténtica novedad. ¿Cuál es su secreto? La miel, el producto resultado de la laboriosidad de las abejas, tomado por la mañana y por la noche, antes de ir a dormir, parece ser que también puede ayudar a librarse de la grasa y los kilos de más.
Dieta de la miel: ¿cómo funciona?
El creador de la dieta de la miel es el nutricionista británico Mike Mcinnes, de Edimburgo. La miel, ya conocido como un antibiótico natural, antioxidante y rica en propiedades beneficiosas, también sería capaz, de acuerdo con su autor, de activar las hormonas durante el sueño y, en consecuencia, promover la eliminar de calorías y grasas. Y no solo eso, también capaz de estimular cambios positivos en el metabolismo, para disminuir la ingesta de hidratos de carbono y azúcares. No es el primer nutricionista que avala que dormir ayuda a adelgazar.
De acuerdo con Mcinnes, vuelva a dejar un hueco en los estantes de la despensa para el bote de la miel, eligiendo este edulcorante natural para endulzar alimentos y bebidas, en lugar del azúcar tradicional. Para seguir esta dieta hay que cumplir su regla básica: Tomar, nada más levantarse por la manaña y por la noche antes de ir a la cama, dos cucharaditas de miel o una mezcla de agua caliente, limón y miel. Una receta de lo más sencilla para ayudarte a perder esos kilos de más.
Dieta de la miel: reglas de oro
Para que la dieta de la miel realmente funcione, es necesario seguir algunas de oro, tal y como ha recogido su autor:
- Prohibición absoluta de consumir comida basura.
- Utilizar la miel en lugar del azúcar tradicional.
- Elegir carbohidratos no refinados (mejor optar por los cereales integrales ricos en fibra, aliados del tracto gastrointestinal).
- Evitar los carbohidratos un día a la semana.
- Retirar las patatas de la dieta, de cualquier tipo o preparación, ya que aumentan el nivel de azúcar en la sangre.
- Introducir una buena dosis de proteína en cada comida del día.
- Comer verduras y ensaladas a su antojo.
- Consumir dos porciones de fruta cada día, preferiblemente las variedades menos azucaradas.
- Incluir en su dieta los productos lácteos enteros, pero en cantidades moderadas (una porción de yogur o un vaso de leche al día).
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