La dieta contra la candidiasis (el hongo cándida albicans) se diseñó para combatir una patología que puede afectar al tracto respiratorio, al tracto genital y gastrointestinal femenino, especialmente cuando el sistema inmune se vuelve más débil. La candidiasis requiere ser diagnosticada y tratada de manera adecuada, para evitar su reaparición o para que los síntomas puedan tener consecuencias físicas que van allá de la propia enfermedad (infecciones vaginales, infecciones del esófago, erupciones cutáneas…). La dieta, íntimamente relacionada con la salud y el bienestar, también tiene un papel fundamental en el tratamiento de la candidiasis. Vamos a ver, más detenidamente, qué comer cuando padecemos este trastorno.
Dieta contra la cándida La dieta para combatir la candidiasis fue creada en 1983 por William G. Crook, conocido médico estadounidense, logrando inmediatamente un gran éxito pese a que también cuenta con sus detractores. El principio básico de esta dieta consiste en reducir los hidratos de carbono simples y los azúcares refinados como cereales azucarados, pan blanco, dulces, bebidas de soda, azúcar blanco y todo tipo de alimentos procesados y ricos en conservantes. Por el contrario, apuesta por una dieta más rica en pescado y huevos, carnes magras, aceites de semillas, algas, frutas y vegetales. Recomienda el de yogur sin azúcar, el ajo, el anís, la alcachofa, el comino, la cúrcuma, el hinojo y el miso y especias en general.
¿Cuánto dura la dieta? En primer lugar hay que destacar que, al igual que con cualquier otra dieta, antes de empezarla hay que tener en cuenta el peso, la edad y la condición física de cada persona. La dieta contra la cándida recomienda seguir estos consejos dietéticos deberían durante un mes. También se puede introducir en la dieta diaria 500 mcg de biotina (una vitamina B), lo que ayudaría a reducir la agresividad del hongo y a eliminarlo lo antes posible de manera efectiva.
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