Dieta adolescentes: Consejos para dar el estirón de forma sana

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Dieta adolescentes: Consejos para dar el estirón de forma sana. La alimentación durante la adolescencia debe aportar la cantidad adecuada de energía, macronutrientes y micronutrientes. Una dieta sana, variada, equilibrada y que, en el caso de las mujeres, es aconsejable que tenga un menor aporte calórico. El motivo reside en los cambios en la composición corporal que se producen durante esta etapa y que no son iguales en hombres y mujeres, ya que ellos, por ejemplo, tienen menor cantidad de tejido no graso.
 
Durante la adolescencia –la cual entraña desde cambios físicos a emocionales- la alimentación juega un papel esencial. De hecho, la actitud hacia la comida está detrás de los problemas nutricionales que más afectan a los jóvenes. Trastornos del comportamiento alimentario, con la anorexia y la bulimia como los más frecuentes y conocidos, que incluyen desde dejar de comer a hacerlo de manera inadecuada. Promover y adoptar desde edades tempranas unos hábitos alimentarios adecuados es la mejor herramienta de prevención y el mejor aliado para crecer, o dar el estirón, de manera saludable.
 
Una dieta sana en esta etapa es la que nos aporta las vitaminas y minerales esenciales, especialmente calcio (factor esencial en el correcto crecimiento de los huesos), hierro (glóbulos rojos y desarrollo muscular) y cinc (desarrollo de la masa ósea y muscular). Según los especialistas, la ingesta de calcio diaria de un adolescente debe ser de 1.200 mg. La principal fuente de calcio recomendada durante la adolescencia es la leche y sus derivados. Por su parte, entre las fuentes de hierro, la carne roja, de igual manera que no debe faltar el pescado, las legumbres, los huevos, los frutos secos y los cereales en una dieta sana y variada.
 
Durante la adolescencia, uno de los excesos o errores más comunes a la hora de alimentarse es abusar del picoteo de los snacks (patatas fritas, dulces) y otros alimentos –comida rápida o precocinados- que resultan menos saludables y nutritivos. Y junto a ellos, las bebidas refrescantes, las cuales hay que evitar que terminen sustituyendo a otras bebidas como la leche, ya que se reduciría la ingesta de calcio y otros nutrientes esenciales.
 
Saltarse los horarios de las comidas, sobre todo el desayuno, es otro de los hábitos que hay que evitar. El desayuno, a cualquier edad, es la comida más importante del día, la que nos aporta la energía necesaria para afrontar la jornada que tenemos por delante (de hecho, debe aportar el 25% del total de calorías que necesitamos al día). Un buen desayuno es sinónimo de vitaminas y minerales. Si no desayunamos correctamente, será más fácil caer en la tentación de los bocadillos y productos de bollería a media mañana, productos que, en definitiva, son más ricos en calorías, azúcares refinados y grasas saturadas. Productos que es aconsejable sustituir por frutas o por pan con queso.
 

Adolescencia: ¿Preferencia por un tipo de alimentos?

Preferir determinados alimentos y rechazar otros es una conducta habitual de muchos adolescentes. Conducta que, según los expertos en nutrición, responde sencillamente a los hábitos adquiridos desde la infancia. Así, suele darse una preferencia por los dulces, en detrimento de otros alimentos no solo más saludables sino esenciales, como la fruta, la verdura y las legumbres.
 
Los adolescentes deben hacer al menos cuatro comidas al día –la quinta sería a media mañana-. Después del desayuno, en el almuerzo es aconsejable incluir pasta, verdura o legumbres, junto con carne o pescado, pan y fruta. Para la merienda, bocadillos saludables acompañados de una pieza de fruta. En la cena, verduras o pasta (en función del almuerzo), huevos o pescado, pan y frutas.

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