Cada día tienes un entrenamiento fabuloso, te superas a ti misma y tus metas personales… pero algo falla porque sientes que no estás llegando al 100% de efectividad. ¿La razón? Es posible que estés cometiendo algunos errores después de entrenar y no estés siguiendo algunas pautas y consejos básicos que cualquier deportista sabe que son indispensables.
Muchas veces pensamos que con la hora de entrenamiento es suficiente para mantenernos en forma, pero no siempre es así. Lo que hagamos después del entrenamiento también es importante. Porque mantenerse en forma y saludable es un estilo de vida y siempre lo tenemos que tener en cuenta. Por eso hoy queremos centrarnos en el momento justo después de hacer ejercicio, unas horas clave para que todo el esfuerzo que hemos echo en el gimnasio no se vaya a la basura. Apunta lo que siempre debes hacer después de entrenar.
1. Hidratarte
Si después de hacer ejercicio no bebes agua o una bebida isotónica natural, someterás a tu cuerpo a un estrés por deshidratación, por lo que no lograrás que funcione al 100% después de terminar el entrenamiento. Se estima que se debe beber entre medio litro y un litro de agua por cada hora de entrenamiento, dependiendo un poco de tu nivel de sudoración. Así que, ya sabes, no olvides tu botella de agua cuando vayas al gym.
2. Estirar
Muchas personas se olvidan de que estirar y enfriar es una parte más del entrenamiento y una forma más de cuidar tus músculos y mimarlos para que no sufran estrés post entrenamiento y acabes teniendo una lesión algún día. Así que no te olvides de hacer un poco de stretching después del ejercicio, tu cuerpo te lo agradecerá.
3. Ingerir proteína saludable
Muchas veces cometemos el error de inflarnos a hidratos de carbono o azúcares tras el entrenamiento. Nuestro propio cerebro nos engaña diciéndonos «Ya hice ejercicio, así que me lo merezco». Sin embargo, hacer eso es como beber un cóctel de azúcares y grasa al cuerpo.
Si tienes hambre post entrenamiento, lo que es muy natural, elige ingerir una proteína saludable como pescado, carne magra, proteínas vegetales o un batido con polvos de proteína caseros. Puedes acompañarlo de algún hidrato de carbono complejo, como boniatos o pan de centeno, e incluso de alguna grasa saludable como unas semillas o medio aguacate.
Créenos, incluso aunque tu plato saludable sea más grande que un trozo de pastel, siempre será mucho mejor para tu salud. Y si sientes que necesitas azúcares, recuerda que un plátano o un plato de verdura son una muy buena opción.
4. Limpiar tus herramientas y espacio de entrenamiento
Tanto si haces ejercicio en el gimnasio, en casa o sales a correr es importante que mantengas una rutina de higiene que hará que tus herramientas y tu espacio duren más y tú te sientas mejor. No dejes tus pesas por ahí tiradas, cámbiate de ropa interior después del entrenamiento (el sudor podría propiciar una infección), no uses ropa de deporte sucia, limpia los bancos de sudor y echa a lavar tus toallas sudadas cuando llegues a casa. Tanto el orden como la limpieza te ayudarán incluso a sentirte motivada de continuar entrenando.
5. Continuar moviendo tu cuerpo
Hacer ejercicio no significa que durante todo el día tengas el «derecho» de tirarte sin hacer nada. ¡No! Al igual que sucede con la hidratación y la alimentación, mantenerse en forma es un estilo de vida y si no tratas de moverte en tu día a día no importará todo el esfuerzo que hagas en el gimnasio. Recuerda que una vida activa es la mejor medicina para el cuerpo.
¿Algunos trucos? Sube las escaleras a pie, bájate unas paradas de metro antes del trabajo para caminar un poco, en tu descanso laboral date un paseo, camina hacia el gimnasio… En fin, el sofá solo está para momentos puntuales de ocio y la cama para descansar y algunos momentos activos que tú ya sabes cuáles son.
Esperamos que estos consejos te ayuden a mejorar la eficacia de tu entrenamiento y mantenerte en forma. ¡A por todas!
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