Eres una runner convencida, pero cuando llega el frío y la nieve, te echas un poco para atrás… Y es que correr con nieve no es tan fácil como parece, te da miedo resbalarte y lesionarte o contraer una pulmonía. No te preocupes. Siguiendo estos sencillos consejos, podrás salir a entrenar con nieve minimizando los riesgos para que no dejes de ponerte en forma. ¡Atenta!
Ni se te ocurra salir con tus zapatillas de running de asfalto, porque te darás un coscorrón a la primera de cambio. Lo ideal es que corras con unas zapatillas de trail, preferiblemente impermeables. Además, para evitar que te entre la nieve por los tobillos, te recomendamos ponerte unas polainas. Te calentarán y a la vez evitarán que te cojas un resfriado porque se te mojan los pies.
La ropa que uses para salir a correr es fundamental. En primer lugar, no puedes salir con 15 capas de ropa, porque acabarás sudada de los pies a la cabeza y el peso te impedirá hacer tu rutina. Lo ideal es usar ropa ligera, transpirable y, por supuesto, cómoda. Para cortar el viento y no mojarte si llueve o nieva, elige una capa impermeable de membrana, preferiblemente que cuente con puños, cintura y cuello ajustables.
Quizás estés pensando ¡me voy a congelar! No tiene por qué ser así. El truco para no pasar frío si haces running con nieve es taparte bien las orejas y las manos. Así que tus guantes y tus orejeras deben ser tu complemento runner indispensable.
Tan sólo podrás llevar unas gafas de sol probadas en bajas temperaturas, porque de lo contrario, se te empañarán y acabarán siendo un estorbo en tu rutina. Si no tienes unas gafas de sol tan sofisticadas, lo mejor es que las dejes en casa.
Correr en la nieve puede tener algunas ventajas; por ejemplo, el menor impacto en tus articulaciones. Sin embargo, te enfrentas a un suelo irregular, en el que nunca sabes si te encontrarás una placa de hielo resbaladizo o una piedra debajo de la nieve. Por ello, lo mejor que puedes hacer es ir a tu ritmo, bajando la intensidad en las zonas donde el terreno es más escarpado y aumentando la velocidad en pavimentos más seguros.
La nieve gasta la energía de la pisada, por lo que se pierde bastante eficacia en cada movimiento. Para evitarlo, lo ideal es pisar suavemente, de forma progresiva e intentar buscar siempre las zonas donde la nieve esté más compacta.
Con estos consejos evitarás pasar frío, sudar en exceso y minimizarás el riesgo de lesiones cuando salgas a correr con nieve. Pero nos falta el consejo más importante, ¡disfruta! Es una experiencia única que desafiará tu cuerpo y tus límites como runner, y además te permitirá disfrutar de un paisaje blanco inolvidable.
Y si en tu localidad no nieva pero hace un frío que pela, no te pierdas estos consejos para salir a correr con frío en invierno, ya que entrenar con frío tiene muchas ventajas.
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