Colesterol: Revisa tu dieta después de Navidad. Los excesos gastronómicos de las fiestas navideñas no solo pasan factura cuando nos subimos a la báscula –engordamos una media de tres kilos-, sino que también se disparan los niveles de colesterol. De ahí que los médicos y especialistas consideren que enero es el mes del riesgo cardiovascular. Es el momento de revisar nuestra dieta y recuperar los hábitos saludables después de haber multiplicado las calorías y las grasas ingeridas durante las últimas semanas.
Los niveles de colesterol son una señal inequívoca de si hemos cometido más de un exceso durante las fiestas navideñas. Es difícil resistirse a los completos menús navideños –los cuales suelen ser más ricos tanto en calorías como en grasas, a lo que sumar el mayor consumo de bebidas alcohólicas-, pero una vez que hemos caído en la tentación es hora de retomar una dieta saludable. Los datos médicos no dejan lugar a dudas. Más de la mitad de la población presenta, después de la Navidad, niveles altos de colesterol, a lo que hay que sumar en algunos casos el incremento de peso, una media de 3 kilos de más.
La recomendación de la Fundación Española del Corazón, FEC, es clara. Debemos revisar nuestra dieta y apostar más por el pescado –en lugar de carne o huevos- y por las legumbres son dos de los consejos nutricionales para ayudar a nuestro organismo a recuperar el equilibrio y, al tiempo, compensar los niveles de colesterol. Hay que recordar que el colesterol es un factor de riesgo de las enfermedades del corazón. Niveles superiores a 240 ml/dl de colesterol multiplica las posibilidades de padecer un problema cardiovascular. Los niveles de colesterol total (colesterol HDL o bueno y colesterol LDL o malo), en una persona sana, no deben superar los 220 ml/dl. La alimentación juega un papel fundamental para controlar los niveles de colesterol.
Dieta cardiosaludable
La dieta cardiosaludable de la Fundación Española del Corazón pasa por incorporar alimentos bajos en grasas saturadas, sodio y colesterol, así como por los alimentos ricos en grasas y ácidos grasos esenciales, tales como frutas y verduras, lácteos desnatados, cereales integrales, carnes magras, frutos secos y pescado (mejor azul, como bonito, atún, salmón, sardina o jurel). El aceite de oliva, oro líquido de la dieta mediterránea, es un buen aliado para reducir el colesterol. Frutas como los cítricos, fresas o melón, y verduras como el pimiento, tomate o coliflor, son ricas en vitamina C, un antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres y protege de las enfermedades cardiovasculares.
Los frutos secos, especialmente las nueces, son ricas en fibras, minerales, vitaminas y antioxidantes que ayudan a reducir los niveles de colesterol. Por su parte, los lácteos reductores de colesterol incluyen esteroles vegetales.
Son las premisas de una alimentación sana, variada y equilibrada que nos ayudará a proteger nuestro corazón. Según señalan desde la FEC, una dieta saludable ayuda a disminuir hasta en u 50% la cantidad de colesterol y en más de un 70% el consumo de grasa diaria. Una alimentación que, como sabemos, debemos acompañar de otros hábitos saludables, como la práctica de ejercicio físico. Es importante dejar de fumar y controlar el estrés, otros dos factores de riesgo de nuestro corazón.
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