Hacer la compra cuando tienes hambre no siempre es una mala idea, tal y como ha constatado la ciencia en un nuevo estudio que indaga en cómo ir al supermercado con el estómago vacío nos puede ayudar a llenar la cesta de la compra de alimentos saludables.
Una investigación realizada por la Utrecht University (Países Bajos) ha dado un giro a la teoría mantenida por la ciencia de que ir a la compra con hambre aumenta las probabilidades de caer en los productos más tentadores y calóricos e, incluso, en los alimentos que es mejor no comprar.
En lo que sí están de acuerdo los investigadores es en la influencia del hambre en el control de los impulsos. Tener hambre es un proceso en el que intervienen las hormonas y el cerebro, lo que puede hacer que seamos más impulsivos a la hora de elegir la comida.
¿Por qué ir al supermercado con hambre?
Según los autores de esta investigación, ir a la compra con hambre no es necesariamente malo, aunque siempre es bueno seguir algunos consejos para tomar la decisión adecuada a la hora de elegir los alimentos.
En concreto, los investigadores apuntan a lo que se conoce como toma de decisiones heurísticas, rutinas insconcientes o atajos mentales a los que recurre nuestro cerebro para evitar pensar demasiado. Esto sucede con frecuencia cuando tenemos prisa, cuando nos falta información o cuando consideramos que la decisión a tomar no es importante.
Atajos mentales que se siguen por impulso o por imitación, y esto es precisamente lo que han querido demostrar con un estudio en el que ha participado un grupo de voluntarios que tenía que elegir entre un menú saludable y otro que no. Pero antes de que tomaran una decisión se les dijo que la mayoría de los participantes había optado por el sano. Esto llevó a que casi todos eligieran elmismo menú.
Conclusiones en las que se basan los autores del estudio para apuntar a que la impulsividad del hambre se puede reconducir, lo que ayudaría a hacer una compra dietética y saludable.
No obstante, siempre puedes recurrir a algunos trucos si tienes que ir hacer la compra con el estómago vacío, y es tratar de comer al menos una pieza de fruta o un tentempié. Durante la compra, para que los productos más calóricos de los pasillos no despierten tu interés e impulsividad, prueba a masticar chicle, un truco para aplacar el hambre.
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