8 cosas que nos impiden bajar de peso

Sigues la dieta a rajatabla, controlas las calorías.. .y ¿no has conseguido bajar ni un gramo? Quizá el problema resida precisamente en llevar una dieta demasiada estricta. Descubre las 8 cosas que nos impiden bajar de peso, y sin que nos demos cuenta.

Ser demasiado estrictos a la hora de perder peso puede tener el efecto contrario, es decir, no adelgazar. Cuando somos demasiados severos con la dieta sometemos a nuestro organismo a lo que se conoce como estrés nutricional. Su reacción será ahorrar energía y quemar menos calorías. Esto también puede hacer que nos sintamos más cansadas o irritables. Vamos a ver, a continuación, las 8 cosas que nos impiden bajar de peso y que, por lo tanto, debemos modificar.

Saltarse las comidas: Para adelgazar, el consejo básico es hacer 5 comidas al día, ya que de esta manera el organismo se mantiene activo todo el día, es decir, quemando calorías. Fundamental no saltarse el desayuno. Eso hará que tenga efecto rebote, ya que en la siguiente comida será mucho más difícil controlar lo que ingerimos. Si durante el día no comemos bien, corremos el riesgo de caer en los atracones nocturnos.
Desayunar solo café: El desayuno es una de las comidas fundamentales del día, ya que nos aporta la energía necesaria para ponernos en marcha. Si no desayunamos bien, no solo no quemamos calorías, sino que tendremos más sensación de cansancio, irritabilidad y falta de concentración.
Beber poca agua: El agua no tiene calorías, es decir, no engorda. Mantener el equilibrio hídrico del organismo es fundamental para correcto funcionamiento y para la eliminación de toxinas, una de las causas de la hinchazón abdominal o retención de líquidos que pueden hacernos ganar algunos kilos. Hay que beber, al menos, 1,5 litros de agua al día. Durante las comidas también hay que beber. Es un error pensar que beber agua en las comidas engorda, ya que lo que hace realmente es facilitar la digestión y arrastrar las toxinas.
Comer solo productos light: Engordan menos que los normales, pero si nos excedemos con su consumo lógicamente terminaremos ingiriendo las mismas calorías o más. Hay que tomarlos en la misma proporción que los normales.
Dormir poco: Cuanto menos dormimos más hambre tendremos. Y es que la falta de sueño genera ansiedad por comer, y en estas ocasiones además tendemos a comer los productos más calóricos o menos saludables.
Comer poca fruta: La fruta es cierto que tiene fructosa, azúcar natural, por lo que algunas dietas terminan suprimiendo este alimento. Sin embargo, esto es un error, ya que esta fructosa es un recurso excelente para obtener energía instantánea y fibra. A diferencia de otros alimentos (galletas, barritas de cereales, bollos…), la fruta no tiene azúcares refinados ni grasa, con lo que no acumulas. Manzanas, naranjas, cerezas, fresas… todas las frutas son buenas.
Falta de nutrientes: Comer poco durante mucho tiempo no solo no adelgaza sino que puede provocar falta de nutrientes esenciales. Cuando se sigue durante mucho tiempo una dieta hipocalórica el organismo se acostumbra a funcionar con lo mínimo, trabajando al ralentí, por lo que no gasta. Si un día cometemos un exceso, tenderá a almacenar todo lo que pueda.
La edad, un factor importante: La edad influye y mucho a la hora de perder peso. A partir de los 45 el metabolismo se ralentiza y el cuerpo quema menos calorías. Por este motivo, muchas mujeres, aún comiendo lo mismo, ganan peso, sobre todo en la zona del abdomen. En este caso, la mejor solución es reducir el tamaño de las raciones y aumentar el ejercicio físico (de 30 a 45 minutos; camina, sube y baja escaleras…).