8 claves para resistirse a la comida basura

Catalogada como comida basura por la ingesta de grasas y calorías, a los que también se pueden sumar los alimentos demasiado azucarados. No cuentan con la etiqueta de saludables y lo más recomendable es evitarlos, pero ¿cómo resistirse a tomar de vez en cuando una hamburguesa o un bocado rico en azúcar? Cierto es que luego hay que quemar las calorías y, con ello, también suelen llegar los remordimientos. Vamos a ver, a continuación, algunas claves para evitar a los que están considerados como los auténticos enemigos de la dieta sana y equilibrada.

Reduce las salidas a cenar: La cena es precisamente una de las horas más tentadoras para caer en la comida más calóricas. En lugar de salir a cena, y recurrir a la comida rápida, es mejor preparar una cena ligera en casa entre amigos. De esta manera evitarás la tentación de terminar el día con un kebab o un plato demasiado rico en grasas y calorías.
Lleva siempre una botella de agua: Ya sea cuando vas a trabajar o a una cita con los amigos, es aconsejable llevar siempre una botella pequeña de agua. De esta manera, no tendrás necesidad de comprar agua cuando tengas sed y de resistir la tentación de tomar un refresco o una bebida azucarada.
Galletas de frutas y harina integral: Hay que evitar ceder a la tentación de tomarse un descanso delante de la máquina del café o de los tentempiés calóricos. Para ello, lo mejor es llevar consigo unas galletas de frutas o galletas integrales para tomar cuando nos asalta el hambre.
Hacer una lista de la compra: La improvisación y las prisas es la manera más rápida de llenar la cesta de la compra de alimentos calóricos. Además de hacer la lista de la compra, conviene ir al supermercado con tiempo y con el estómago lleno, ya que de esta manera se comprará de una manera más lógica y ajustada a las verdaderas necesidades de nuestra dieta.
Cuidado con los aderezos de los alimentos: Además del tipo de alimento, el contenido calórico depende en gran medida del método de cocción y los aderezos. Si, por ejemplo, a las patatas fritas le añadimos una salsa calórica, lo podremos incluir entre los 10 alimentos más grasos del mundo. Es mejor apostar por aderezos saludables, como el aceite de oliva o las hierbas y especias aromáticas. Hay que evitar la mayonesa, el ketchup… No comprar este tipo de salsas es la mejor manera de no caer en la tentación.
Planificar los menús: Dedicar unos minutos a planificar el menú del día, e incluso de la semana, evitará que luego con las prisas acabemos optando por un plato de comida rápida. También hay que elegir bien lo que vamos a tomar a media mañana y a media tarde para aplacar el hambre entre horas.
Sentarse a la mesa a comer y cenar: Las prisas nos suelen llevar a restar tiempo a las comidas principales, sobre todo si estamos fuera de casa. Sin embargo, es fundamental aprender a encontrar tiempo para comer y cenar, no solo porque es más saludable -masticar y comer despacio ayuda a adelgazar, por ejemplo-, sino que ayudará a nuestra digestión y a aplacar correctamente el hambre.
Conocer los riesgos del sobrepeso y la obesidad: Un buen argumento disuasorio de la comida basura es conocer las consecuencias del sobrepeso. El exceso de comida grasa, alimentos fritos, además de calorías innecesarias, también multiplica los riesgos de padecer sobrepeso u obesidad, factor de riesgo a su vez de diabetes o problemas cardiovasculares. Seguir una alimentación sana es la mejor manera de prevenir los problemas de salud.