Aunque no las más habituales, las bodas de noche son una opción cada vez más socorrida por algunas parejas. Te explicamos sus ‘dress codes’
Llegas a tu casa después del trabajo, compruebas mecánicamente el buzón y…¡vaya!, un sobre sellado. Arrugas el ceño y te preguntas con cierta extrañeza de quién podrá ser. No parece ningún organismo oficial y no encuentras ningún logotipo impreso sobre el papel. Subes las escaleras que te separan de tu piso y rasgas la envoltura. ¡Es una invitación a una boda! Sonríes. Estás más que preparada para este momento. Abres el armario y contemplas orgullosa el interior. Tienes todo un abanico de opciones para elegir.
Compruebas de nuevo la invitación y el gesto se te tuerce. Es una boda de noche. ¿Y ahora qué haces? ¿Cuál es el código de vestimenta de una ceremonia como esa? Antes de que te tires de los pelos y te devanes los sesos buscando combinaciones imposibles, en ella-hoy tenemos la solución para ti. Estos son las principales reglas y dress codes por los que se rige una boda de noche.
Tal vez, cunado alguien te menciona la palabra noche, el color que primero acuda a tu cabeza sea el negro. Pues bien, te recomendamos que deseches este pigmento de tu lista de opciones, pues desde hace años que se asocia con el duelo y el luto y es más propio de funerales que de una boda, el acontecimiento directamente opuesto. En su lugar, te aconsejamos que optes por vestidos monocromos, como un rojo pasión o un verde botella que no solo harán destacar tu figura entre el resto de asistentes, sino que te aportarán un aura de sensualidad adicional.
¿Y los hombres?
Por supuesto, el segundo factor que debes tener en cuenta es la ubicación de la boda de noche. Si se trata de un interior, como un salón, lo mejor es optar por detalles barrocos como los cortes volanderos o los efectos vaporosos del vestido, que en otros contextos habrían resultado presuntuosos. Además, también hay cabida para lentejuelas, incrustaciones y plumas, además de anillos y colgantes.
En el caso de los hombres, el protocolo es menos estricto y más abierto. Pueden servirse del cásico traje azul marino acompañado de camisa blanca y corbata roja, seguido de un buen reloj y un cuello firme que de la sensación de firmeza y elegancia al mismo tiempo.