Nervios de la boda: Consejos para sobrevivir al gran día El día de la boda es uno de los días más importantes de su vida para una mujer, sino el más importante, y por ello todo debe ser perfecto. El vestido, los zapatos y todos los complementes, el banquete, los padrinos, las damas de honor, la decoración de la iglesia o del lugar donde se oficie la ceremonia… Son muchas cosas de las que hay que estar pendientes y, aunque esté todo a punto para el gran día, cuesta relajarse y permanecer tranquila el día de la celebración. Si estás en esta situación, tranquila, es normal, de hecho, es más extraño lo contrario. Pero debes intentar evitarlo, porque si no, el día que debería ser mágico se convertirá en un suplicio.
Ya sea una celebración religiosa o por lo civil, una boda es un gran trabajo de preparación previa y el trabajo duro de los meses previos pasa factura cuando llega el momento de la verdad.
Consejos para superar los nervios del día de la boda
Los nervios nunca se pueden controlar del todo pero sí que se pueden llevar a cabo algunas acciones que ayudan a mantenerlos “a raya” para que te dejen disfrutar del gran día que con tanta ilusión y ganas estabas esperando.
- Lo primero que tienes que tener en cuenta es que las horas de suelo son necesarias siempre, y en este día mucho más. Suele ser tradición cenar con algunos amigos o la familia el día anterior, pero si lo has organizado así, vete a casa pronto y descansa.
- Si a la mañana siguiente te levantas muy nerviosa y no estás acostumbrada a tomar tranquilizantes, no lo tomes. Puede que te provoquen efectos secundarios, así que si no estás segura, no lo hagas, no es un día para experimentar.
- Si eres de las que has preparado una boda de tarde, aprovecha la mañana para relajarte un poco como, por ejemplo, contratando un masaje o algún tratamiento similar.
- El peluquero y/o maquillador debe estar citado con mucho tiempo de antelación para que luego no toque correr y tenga tiempo de sobra para dejarte perfecta.
- Por el contrario, al fotógrafo no hace falta que le cites antes, sino que es mejor que llegue cuando ya estés preparada y no te quede nada por hacer, porque, de otra manera, te pondrás más nerviosa.
- Por último, piensa en todo momento que lo has preparado todo muy bien, ya está todo hecho y hay que dejar que los acontecimientos se desarrollen como lo previsto.
Si a pesar de todos estos consejos crees que no podrás soportar la presión de la boda, todavía estás a tiempo de contratar a un organizador de bodas, una decisión que seguro que te quitará más de un peso de encima y que hará que tu boda salga perfecta sin que tengas que cargar tú con el peso de todos los detalles.