Las mejores bromas de boda para hacer en el restaurante. ¿Se casan unos buenos amigos y estáis pensando en gastarles una broma en el restaurante? Con estas cosas hay que tener siempre cuidado para no exagerar, así que apunta estas ideas.
La boda de unos de tus mejores amigos y estás pensando en poner la nota divertida a la celebración, gastando una broma a los recién casados con tu grupo de amigos. Está bien y puede ser divertido y diferente, pero ten cuidado, porque si la broma es muy exagerada o con poco gusto, puedes acabar arruinando el día más especial de su vida a los novios. Así que presta atención, porque no querrás caer en uno de esos errores que toda invitada a una boda debe evitar, ¿verdad?
La tarta falsaSeguro que los novios han elegido con todo el cuidado del mundo la tarta de bodas, pero un clásico de las mejores bromas de boda para hacer en el restaurante, es preparar una tarta de cartón o gomaespuma, que sea exactamente igual a la auténtica. Eso sí, tenéis que aseguraros de ser vosotros los encargados de llevar la tarta falsa hasta los novios, para ver en primer plano su cara de terror cuando la corten. Eso sí, luego disfrutaran muchísimo más cuando llegue la de verdad.
Reconocer a la parejaTapa los ojos al novio o a la novia, y deberá reconocer a su pareja entre un grupo de amigos. Lo podrá hacer por el perfume, tocando una parte del cuerpo o acariciando el pelo. Para animar un poco un juego, puedes poner un poco de nata montada en la zona donde vayan a tocar los novios para reconocer a su pareja, ¡se quedarán helados!
El discursoNo es una broma en sí, sino una manera de “sacar los colores” a los novios. Si te han pedido hacer el discurso en el momento del brindis, puedes poner la nota de humor contando alguna intimidad de la pareja, siempre y cuando no sea demasiado picante o algo que no te gustaría que tus padre supieran, sabes lo que queremos decir, ¿verdad? Cuenta alguna anécdota, un recuerdo divertido, que además de sacarles una sonrisa, seguro que les gusta.
El cocheUn clásico, el coche que llevará a los novios a hacerse las fotos una vez que salgan de la iglesia o el ayuntamiento, puede convertirse en cualquier cosa para ver la cara de sorpresa que ponen cuando ya sean marido y mujer. Cambiarlo por un tractor, un carro, o algo por el estilo, pero eso sí, no os olvidéis de llevar luego el auténtico coche, no querréis que no lleguen a su propia boda.