Si estás organizando tu enlace, toma nota de lo que no debes hacer para evitar las discusiones preboda. En la mayoría de las ocasiones, son discusiones motivadas por los nervios de los preparativos, pero que pueden minar la ilusión de la pareja.
Casarse es sin duda uno de los momentos más especiales para una pareja, y eso hace que la tensión sea más difícil de canalizar, llegando incluso a hacer una montaña de un grano de arena. Descubre unos prácticos consejos para que los momentos previos a la boda sean un buen anuncio de vuestra nueva vida en común.
Discusiones de pareja antes de la boda
La mejor manera de evitar las discusiones antes de la boda es planificar bien la organización, para que los problemas que vayan surgiendo no se conviertan en motivo de discusión. Una situación cotidiana puede provocar una reacción exagerada si nos dejamos llevar por los nervios de los preparativos de la boda, y llevarnos a decir algo de lo que luego podamos arrepentirnos. Para que nada de esto pase, toma nota:
- En primer lugar, tener muy presente el motivo por el que habéis decidido casaros. El hecho de que discutáis un poco más antes del día del enlace no es ni mucho menos señal de que no estáis hechos el uno para el otro o de que no deberíais casaros, sino que demuestra que ambos os preocupáis por la boda y queréis que salga perfecto todo en el gran día.
- Hay que mantener la calma antes de la boda. Tú estás nerviosa, por lo que no hay nadie mejor que tú para entender por lo que está pasando el novio. Esto significa que tienes que ser más comprensiva que nunca y no tomarte muy a pecho los desacuerdos que tengáis.
- Intenta no utilizar frases como “ya me da igual”, “haz lo que quieras”, “paso de esto”… una vez dichas es difícil dar marcha atrás y puede causar molestias graves en la otra persona.
- En el caso de que en algún momento de la preparación hayas dicho “me da igual”, no puedes protestar más tarde por ese resultado, ya que sería muy injusto para la otra persona, que se ha ocupado de ello.
- Afrontar la organización de la boda como algo positivo. Afrontar los preparativos como la oportunidad de pasar tiempo juntos, como una extensión de lo que dura la boda y, por tanto, que debéis aprovechar cada minuto.
- El orgullo no es un buen consejero y que no merece la pena estropear una relación tan bonita como la que tenéis, pues habéis decidido casaros por una discusión absurda.
- Hablar con calma de los problemas que vayan surgiendo para buscar una solución y evitar discusiones innecesarias.
- Pedir ayuda a los amigos y familiares para la organización de la boda. No solo se implica a los invitados en un día tan especial, sino que evitará los agobios de la organización por querer abarcar más de lo que se puede. También se puede contar con un wedding planner u organizador de bodas para que todo salga perfecto si no disponemos del tiempo suficiente.
- Practicar alguna técnica de relajación para que la tensión no pase facture, e incluso proponer la opción de una luna de miel anticipada para olvidarse de los nervios prenupciales.
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