A la hora de planificar las bodas de verano hay una serie de detalles que conviene tener en cuenta, para evitar errores que den al traste con la organización y la ilusión del gran día.
El verano es una de las estaciones preferidas para casarse, pero como vamos a ver no sólo una tormenta veraniega puede nublar el soleado escenario de la boda. Para que todo salga perfecto, conviene ser previsores. Descubre qué hacer y qué evitar en las bodas veraniegas.
Carpa para bodas de verano
El verano es la estación perfecta para las bodas al aire libre, pero cuidado con las temperaturas superiores a los 30-35 grados. Es importante disponer unas carpas para bodas al aire libre, disponibles incluso con aire acondicionado, para que los invitados puedan protegerse del sol.
Refrescar a los invitados
Las ideas para refrescar a los invitados pueden formar parte de la decoración de la boda, como por ejemplo, incluir una mesa con limonada o granizado de frutas en la recepción a los invitados o para tomar después del enlace. También se pueden colocar en diferentes rincones cestas con botellitas de agua. Otra idea original es entregar a los invitados unos originales complementos, abanicos y gafas de sol a su llegada. Una idea que triunfará en los selfies y fotos de la boda.
Enviar las invitaciones con tiempo
El verano es época de vacaciones, así que conviene remitir las invitaciones con tiempo suficiente (al menos 4 meses antes) para que los invitados puedan planificar su asistencia sin problemas.
Menú para boda de verano
Apuesta por platos ligeros y frescos para el menú de una boda en verano. Cuanto más refrescante, mejor, así que no dudes en incluir gazpachos, cócteles, sopas frías, frutas, helados…
Casarse en verano, mejor de tarde
Lo que sí hay que evitar en verano es casarse en las horas centrales del día, desde las 12 a las 17 horas. El mejor momento para casarse en verano es por la tarde, al atardecer.
Vestido de novia para verano
Para el vestido de novia en verano lo más aconsejable es elegir una tela ligera y vaporosa, como la seda o la gasa, y después de la ceremonia cambiarse de vestido para estar más cómoda en el banquete y resto de la fiesta.
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