En primavera la piel necesita un extra de cuidados para que sufra lo menos posible las consecuencias de los cambios climáticos de esta estación.
La primavera es una de las estaciones más bonitas del año, los campos se llenan de flores, los días son más largos y el sol se impone entre las nubes. Sin embargo también es una estación que se caracteriza por tener un tiempo cambiante, con días lluviosos, húmedos y ventosos. Estos cambios de temperatura, la humedad y los factores ambientales como el polen y la contaminación, pueden afectar la barrera cutánea de nuestra piel.
La piel es el único órgano que está en constante contacto con el exterior. Nuestras cara, manos y cuello son las más expuestas a los efectos negativos del sol y a los agentes externos como la contaminación. No protegerla, hidratarla o exfoliarla puede tener consecuencias notables e irreversibles como la aparición de manchas, arrugas o el fotoenvejecimiento.
En primavera, tras meses de frío y bajas temperaturas, la piel puede verse apagada y sin vida. Además, el aumento de las temperaturas puede hacer que experimentemos un incremento en la producción de sebo debido al exceso de sudoración. Esto puede aumentar la aparición de imperfecciones como puntos negros, poros obstruidos o granitos. Todo esto puede hacer que veamos alterado nuestro cutis, por eso es importante llevar a cabo una buena rutina de skincare durante esta época del año.
Sigue estos cinco pasos en tu rutina skincare para cuidar tu piel en primavera
Lucir una piel bonita y saludable puede parecer a veces imposible, pero no siempre lo es. Llevar a cabo una rutina de cuidados con estos cinco pasos que hoy te traemos, no te llevará mucho tiempo y tu piel te lo agradecerá. Estos tips podemos llevarlos a cabo durante todas las estaciones del año, pero especialmente en los meses donde la sangre se altera por la primavera.
Limpia y exfolia tu piel. Lo primero que debes hacer antes de aplicar cualquier crema hidratante o protección solar es limpiar tu piel. Durante la primavera la piel se ensucia más debido al sudor y que quizás eres de esas personas que está constantemente tocándose la cara. Por eso el primer paso a seguir es limpiar a fondo nuestra piel y después exfoliarla, dos de los pilares más importantes de una buena rutina de belleza.
Debemos lavar nuestra cara dos veces al día. Para ello, aplica siempre un producto limpiador, así eliminarás la suciedad y grasa, y evitarás la aparición de espinillas, granos y puntos negros. Por otro lado, una o dos veces a la semana, dependiendo de tu tipo de piel, utiliza un exfoliante para eliminar los restos de células muertas de nuestro tejido.
Hidrata muy bien tu piel. Después de dejar bien limpia nuestra piel es momento de hidratarla. Aplica en tu cara y cuerpo tu crema hidratante favorita. Es muy importante que utilicemos la crema adecuada en el rostro, acorde con nuestro tipo de piel y edad. Si tienes dudas siempre puedes preguntar en tu perfumería de confianza. O bien, busca una crema que pueda retener la humedad del rostro y que elimine la sequedad. Puedes aplicarla dos veces al día, por la mañana y por la noche, siempre después de la limpieza facial.
Protégete de los rayos solares. Durante la primavera, los primeros rayos de sol salen a relucir. Por ello es importantísimo utilizar siempre un protector solar de amplio espectro. Debemos aplicarlo después de nuestra crema hidratante, una vez se haya absorbido.
No te olvides de los labios y la alimentación
Hidrata tus labios. Que no se nos olviden los labios. Hidratarlos es fundamental para protegerlos. Si quieres evitar labios agrietados utiliza bálsamo varias veces al día, después de comer o durante la exposición solar. Si quieres conseguir un extra de hidratación, ponte bálsamos enriquecidos con manteca de karité. Presumirás de sonrisa hasta en los días más calurosos.
Por último, come alimentos ricos en antioxidantes. Como se suele decir, somos lo que comemos. Por ese motivo, llevar una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales, es fundamental. Durante el verano aumenta tu consumo de frutas, verduras y alimentos ricos en antioxidantes. Los alimentos antioxidantes previenen la degeneración de las células, consiguiendo que nuestra piel se mantenga sana y bonita.
