Los pelling están recomendados fundamentalmente para la corrección de arrugas moderadas y cicatrices de acné no muy profundas
La exfoliación química, también conocida como dermoabrasión o «peeling» facial, es un procedimiento cosmético que ayuda a la piel a regenerarse para lograr una apariencia más joven y saludable. Peel es la traducción al inglés de la palabra «pelar» y eso es exactamente lo que hace: elimina las capas superiores de la piel para promover la renovación natural.
Cada 28 días la piel se renueva constantemente, pero a medida que envejecemos este proceso se vuelve más lento, dando lugar al desarrollo de imperfecciones como manchas, poros dilatados, arrugas, etc. Aunque también es posible realizar un peeling en casa, hay que recordar que los centros de estética utilizan concentraciones más altas.
Debido a que la piel es extremadamente sensible y no puede exponerse al sol después de una exfoliación, los expertos aconsejan programar el procedimiento para otoño o invierno, cuando la exposición al sol es mínima. El otoño es la época ideal porque después del verano la piel sufre deshidratación por el sol, el estrato córneo se ha engrosado y se produce fotoenvejecimiento. Un peeling renueva y regenera la piel, además de facilitar la hidratación.
El otoño es la mejor época para hacerte un peeling
En general, después del peeling, el cutis se va a ver más suave y luminoso, y, además, favorece la absorción de cosméticos como sérums e hidratantes. Los peelings faciales están recomendados para todas las personas que quieran regenerar su piel, porque la notan apagada, sin luminosidad, con un tono cetrino, envejecida… Y es una excelente opción de mejorar algunas manchas como el melasma.
Los agentes empleados con mayor frecuencia son la Solución de Jessner y el Ácido Tricloro Acético a concentraciones del 40-50%. Están indicados fundamentalmente para la corrección de arrugas moderadas y cicatrices de acné no muy profundas.
Tras el peeling aparece edema, eritema y descamación que duran entre 1 semana y 10 días, periodo en el que la paciente no puede realizar su actividad diaria y es fundamental la protección solar para evitar la hiperpigmentción post-inflamatoria. La complicación más importante que puede resultar es la posible aparición de cicatrices residuales, no obstante los peelings medios pueden ser considerados como seguros y efectivos.
Una de las claves de este tratamiento es que el profesional puede personalizarlo para tratar cada piel de forma diferente y según sus necesidades. Por eso es aconsejable acudir a un centro de prestigio.
Los exfoliantes mecánicos tienen un bajo poder renovador y además pueden «rayar» la piel porque se requiere fricción para su funcionamiento. La dermis más sensible puede beneficiarse del peeling enzimático porque utiliza enzimas vegetales que pueden penetrar la piel a través de la humedad. La exfoliación química utiliza ácidos para disolver los lípidos y eliminar las células muertas de la piel para producir la mayor cantidad de arrastre. Estos ácidos se clasifican en alfa hidroxiácidos (como el ácido glicólico o láctico) y beta hidroxiácidos (como el ácido mandélico o salicílico). El cuidado de tu cara es fundamental y cuando entran en contacto con la piel, eliminan las células muertas, dejándola pulida, suave e increíblemente luminosa.