La pedicura ha sido siempre una de las prácticas más habituales en el cuidado físico. Te desvelamos los misterios que esconde
En la sociedad de hoy, el cuidado corporal es más importante que nunca. El culto al cuerpo, el tratar nuestros miembros y nuestro aspecto como si fuera un tesoro desenterrado por los piratas que una vez se embarcaron en La Hispaniola. Y es que nuestro cuerpo es también nuestro templo y, en muchas ocasiones, mimarlo equivale a obtener unas recompensas que de otra manera nunca podríamos ganar, como la energía, la disposición, la mayor capacidad de concentración y muchas otras.
Sin embargo, cuidar el cuerpo no es solo hacer ejercicio. De hecho, hacer ejercicio constituye solo una parte de todo el proceso. Existen otras formas de rendirle homenaje a nuestro propio cuerpo y forma de ser que no necesariamente entrañan la práctica deportiva. Una de las formas más tradicionales y conocidas es la estética. La estética se ha consagrado como uno de los medios predilectos por la mayoría de mujeres para proyectar una buena imagen.
El gran bastión de la estética por antonomasia siempre ha sido la peluquería, los peinados que han hecho que muchas de nosotras nos sintamos con la confianza suficiente para salir guapas a la calle con un buen balón de autoestima. Otra de las más conocidas es la manicura, que principalmente comporta el cuidado de las uñas, su higiene y limpieza y el hecho de que luzcan bellas y bonitas. Sin embargo, hay otras variantes de la estética que no se centran ni en el rostro ni en las manos y que son igualmente importantes y aplicables si lo que queremos es proyectar una imagen favorable de nosotras mismas. Nos estamos refiriendo, como no podía ser de otra manera, a la pedicura, al correcto tratamiento y cuidado de los pies.
Los beneficios
Hacerse la pedicura entraña una serie de beneficios que merece la pena explorar. El primero de ellos es la salud de los pies, pues la práctica ayuda a evitar callos, malformaciones e impurezas, así como que ayuda a reactivar la circulación sanguínea de la zona.
Finalmente, la pedicura no solo tiene efectos sobre nuestro físico, sino también sobre nuestro bienestar a nivel mental, pues nos proporciona una sensación de relajación difícil de superar y mejora nuestro estado de ánimo al vernos mucho más guapas.