A menudo compramos todo tipo de productos con los que planeamos vernos más guapas cada vez que los utilicemos. Desgraciadamente, al poco tiempo nuestra burbuja explota y nos damos cuenta que realmente no están teniendo el resultado que esperábamos. A veces se debe a que no son productos de calidad, pero en la mayoría de ocasiones somos nosotras mismas quienes mermamos su buen funcionamiento aplicándonos mal el producto en cuestión. Si quieres saber cuáles son los errores de belleza más comunes, te contamos los gestos que hacemos mal a diario.
1. No limpiar el rostro antes y después
No nos cansaremos de decirlo: limpiar el rostro antes y después de utilizar productos de belleza es fundamental. Cuando no lo hacemos obstruimos los poros e impedimos que la piel pueda llegar a absorber los productos, por lo que no surtirán efecto. Pero no solo eso, sino que además provocamos que las sustancias de varios productos entren en contacto, lo cual puede causar una reacción química que desencadene irritaciones.
2. Utilizar demasiada cantidad
La tendencia generalizada se basa en pensar que una mayor cantidad tendrá un mejor efecto, pero no siempre es así. De hecho, utilizar mucha cantidad de un producto favorece la obstrucción de los poros e impide que la piel pueda absorber los componentes de la crema. Además, provoca efectos muy antiestéticos, como brillos excesivos.
3. Movimientos circulares
Un error de belleza muy común es aplicar cremas con movimientos circulares, lo cual favorece la flacidez facial prematura. Siempre que vayas a aplicar una crema deberás hacerlo en sentido ascendente para estirar la piel hacia arriba, no hacia abajo.
4. Aplicar corrector frotando
La zona de las ojeras es muy sensible y aplicar el corrector con dureza puede tener consecuencias muy negativas para nuestra belleza, como puede ser la aparición de bolsas en los ojos. Deberás hacerlo con pequeños toques para favorecer la circulación y evitar el exceso de maquillaje.
5. Mismo producto para contorno de ojos y rostro
Como ya hemos dicho, el contorno de los ojos es muy sensible y va a necesitar de productos especiales. En concreto, necesitarás cremas ligeras que se absorban más rápidamente para evitar una acumulación de sustancias que pueden causar estragos en nuestra piel.
6. No utilizar protector todo el año
Dejar a un lado el protector solar cuando acaba el verano es un grave error. El sol está presente durante todo el año, por lo que siempre vamos a estar expuestas a los rayos UV. Estos rayos pueden provocar graves daños, los cuales van desde la aparición de manchas hasta el envejecimiento prematuro. Obviamente, el factor utilizado puede ser inferior al que frecuentamos en verano, pero deberá seguir utilizándose con la misma frecuencia.
7. Seleccionar el tono en la muñeca
La muñeca es un lugar muy cómodo para probar la tonalidad de la nueva base de maquillaje que vas a comprar, pero desde luego es muy poco eficaz. La piel en esta zona es más clara que en el rostro, por lo que es muy fácil equivocarse y acabar con la cara blanca o anaranjada. El lugar idóneo para testear nuevos productos es el cuello, ya que el tono de la piel en esta zona es casi idéntico al del rostro.
8. Frotar las muñecas tras aplicar perfume
Echar un poco de perfume en las muñecas y frotarlas entre sí es una costumbre muy extendida, pero eso no significa que sea adecuada. De hecho, lo que conseguimos con este gesto es machacar las partículas encargadas de desprender ese olor que tanto nos gusta y alterar la duración del fijador. O dicho con otras palabras, olerá peor y durará menos. ¡Quítate la costumbre!
