La retención de líquidos puede estar motivadas por numerosas causas como el sedentarismo y la alimentación. Acabar con ella es posible si sigues estos consejos.
Hinchazón en las pierdas y los tobillos, crecimiento del perímetro abdominal, etc. Todos estos síntomas son signos de que padeces un edema conocido comúnmente como retención de líquidos. Esta afección afecta a numerosas personas y se caracteriza por una acumulación anormal de líquido en algunas zonas del cuerpo.
Esta acumulación excesiva de los tejidos puede estar motivada por numerosas causas, desde problemas circulatorios, insuficiencia cardíaca congestiva o enfermedades renales y hepáticas. También existe el edema cíclico idiopático, en el que el problema se produce sin causa conocida. No obstante, no debes preocuparte en exceso ya que generalmente está motivado por determinados hábitos como el sedentarismo o la alimentación. Sin embargo, es recomendable consultar siempre a un especialista para que de con el origen de la causa.
Consejos para acabar con la retención de líquidos
Los síntomas más comunes para saber si sufrimos retención de líquidos son: aumento de peso, hinchazón en piernas y tobillos, aumento del perímetro abdominal y la presencia de fóvea (si presionamos la piel firmemente con el dedo, notamos un hundimiento que permanece durante algunos minutos o segundos después de que hemos quitado el dedo). Para acabar con este problema hoy te traemos varios consejos que pueden reducir notablemente sus efectos, principalmente están centrados en el ejercicio y la alimentación.
Deja a un lado la sal. Debes evitar los alimentos que sean ricos en este ingrediente a toda costa. Es imprescindible llevar una alimentación variada de productos frescos y evitar las grandes cantidades de sal, presente en alimentos como embutidos, salsas, aderezos, palomitas y algunos quesos, especialmente el roquefort. Una truco para saber si nos hemos excedido en su consumo es observar nuestros dedos, si notas una hinchazón, puede ser una señal de que has sobrepasado la cantidad recomendada (la OMS recomienda menos de 5 gr. al día).
Reduce el azúcar. Los mismo sucede con el consumo de azúcares. Las comidas muy ricas en azúcares como postres, golosinas o ultraprocesados, entre otras, favorece la retención de líquidos en el cuerpo y nos hincha.
Camina y haz más ejercicio. Si eres una persona muy sedentaria debes cambiar de actitud, ya que tu retención puede deberse a la falta de movimiento . Ir al gimnasio o dar un paseo diario pueden convertirse en tus mejores aliados. Notarás incluso más pérdida líquidos si aumentas la intensidad. Si no te gusta demasiado el deporte empieza caminando todos los días unos 30 minutos. En las plantas de los pies tenemos vasos sanguíneos que se activan cuando caminas.
El agua fría es un buen aliado. Las duchas con agua fría son beneficiosas para mejorar la circulación sanguínea, por su efecto vasoconstrictor y relajante. Debemos aplicar el agua fría en sentido ascendente, ¡desde los pies hacia las rodillas, para mejorar el retorno de la sangre hacia el corazón.
Por último, bebe más agua. Si crees que te has excedido tomando alimentos con demasiada sal o azúcar, bebe más. Si tomas suficiente, tu organismo retendrá la que tenga para prevenir la deshidratación severa y eso traerá consecuencias. Pero es fundamental, no superar los cuatro litros diarios para no retener líquidos por sobrecarga. Lo ideal es tomar unos ocho vasos de agua al día.