Aunque sí exista un tratamiento específico para sus síntomas, si somos estrictas, el término alergia al sol no es exactamente correcto. Hay muchas razones por las que el sol puede hacer que tengamos reacciones cutáneas, como algunas medicinas o enfermedades. Sin embargo, la forma más común de su aparición es una reacción cutánea llamada erupción polimórfica lumínica producida por una fotosensibilidad de la piel a los rayos ultravioletas, es decir, a luz solar.
La alergia al sol es habitual en los primeros meses de calor en primavera y/o verano, cuando algunas zonas del cuerpo que suelen estar tapadas en invierno se ponen en contacto directo con la luz solar, es decir, con los rayos UVB y UVA. Parece que se trata de una reacción alérgica retardada, aunque aún se desconoce la causa de la erupción polimórfica lumínica o lo que comúnmente se denomina «alergia al sol».
En algunas personas aparece una erupción cutánea polimorfa, es decir, lesiones en la piel irregulares que pueden ser en forma de granitos o sarpullidos en la piel y que aparecen tras un tiempo de exposición al sol. La alergia al sol también se puede manifestar en forma de protuberancias o pápulas, enrojecimiento y descamación de la piel, ardor y comezón en la zona afectada o sensible e incluso hinchazón o ampollas en los casos más graves.
Generalmente, suele darse la reacción en la zona del pecho, el dorso de las muñecas y las manos, y en algunas ocasiones en los brazos, espalda y piernas.
Se considera una enfermedad crónica, aunque se ha observado en pacientes que con el paso del tiempo la piel puede llegar a ser menos sensible a la exposición lumínica ultravioleta y de forma que mejoran los síntomas poco a poco y de forma natural.
En general, los síntomas pueden durar entre 1 a 4 días, siempre y cuando la zona sensible no se ponga en contacto de nuevo con la luz solar. De todas formas, varía en función de la persona y el grado de alergia que tenga.
No existe un tratamiento que cure la alergia, pero se pueden mejorar los síntomas. Lo ideal es acudir a un profesional médico dermatólogo para que valore el tratamiento más adecuado en función del grado de alergia, pero por lo general se suele tratar la erupción polimórfica lumínica con cremas de corticoides vía tópica. Incluso, se pueden recetar corticoides orales en los casos más graves.
Algunos dermatólogos también recetan suplementos vitamínicos, principalmente vitamina D, para ayudar a mejorar el estado de la piel o prepararla con el suficiente tiempo para la exposición solar.
Además, en los casos graves se suele recetar la fototerapia, con el objetivo de «acostumbrar» a la piel a la luz ultravioleta. Se trata de un tratamiento médico en el que de manera controlada la piel se expone a los rayos UVA y UVB previamente a los meses de verano para permitir que llegue a esta época mucho más preparada a la exposición directa del sol.
Si tienes erupciones polimórficas debido a la exposición de la luz solar, es importante que tomes algunas precauciones para evitar las molestias que puede ocasionar:
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