¿Te duran poco tiempo las brochas? Con los siguientes consejos aprenderás a cuidarlas y te durarán mucho más.
Es muy importante mantener limpias y cuidadas las brochas y las esponjas de maquillaje. Además de obtener un acabado mucho más bonito, la piel de la cara te lo agradecerá. Son consejos muy sencillos, y seguro que podrás alargar la vida de tus utensilios de cosmética mucho más tiempo.
Lo primero de todo: ¿no lavas tus brochas a menudo? Entonces, normal que no te duren. Lo recomendable es lavarlas cada 15 días porque se acumula mucha suciedad en ellas. Los productos de maquillaje también tienen polvo y pueden afectar bastante a la salud de tu piel. Para lavarlas correctamente, solo necesitas agua templada, jabón neutro y tu mano. Deberás humedecerlas, evitando que entre agua en el mango, realizando movimientos circulares con los dedos sobre las cerdas de la brocha, sin ejercer mucha presión, y enjuagándolas después con cuidado. Y para que se sequen, lo ideal es colocarlas boca abajo y al aire libre. Nunca las seques con el secador, las cerdas pueden estropearse.
Asimismo, has de guardarlas en fundas para que no cojan polvo y en un lugar seco. Y si tienes brochas de pelo natural, lo ideal es hidratarlas; bastará con que las apliques una mascarilla hidratante, dejando actuar unos minutos, aclarándolas después con agua templada y dejándolas secar.
Cómo cuidar las esponjas desmaquillantes
Si necesitas tus brochas urgentemente y no te has acordado de lavarlas, existen limpiadores en seco para ellas o sprays. Y si tampoco dispones de ellos, puedes limpiarlas con desmaquillante, echando un poco de producto sobre un algodón y frotando suavemente en un papel hasta que estén completamente limpias. También con toallitas desmaquillantes, a ser posible, las que vienen con aceite; y de igual manera, tendremos que frotar con mucho cuidado las brochas en las toallitas hasta que estén completamente limpias.
Las esponjas de maquillaje también se tienen que lavar con frecuencia, porque absorben mucha cantidad de cosméticos y, por ello, requieren un mayor cuidado. Se limpian igual que una brocha normal, con agua tibia y jabón neutro, o desengrasante si están bastante sucias. Una vez que estén completamente limpias y libres de cualquier residuo jabonoso, hay que escurrirlas hasta que retiremos toda la humedad, porque podría formarse moho y tendríamos que tirarlas. Cabe señalar que, asimismo, existen otros sistemas para limpiar las brochas y las esponjas, como herramientas eléctricas en las cuáles introduces tus utensilios y, gracias al movimiento que ejercen, salen completamente limpias. Ahora ya no tienes excusa para limpiar tus brochas y esponjas de maquillaje.