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Bañarse es una actividad fundamental para guardar la higiene y la salud de nuestra piel. Pero, ¿realmente lo estás haciendo bien? A veces realizamos una rutina que no es la adecuada y no nos damos cuenta. Son costumbres que ya tenemos establecidas, pero que realmente no son las correctas. Además, una buena ducha nos ayuda incluso con el estado de animo. A continuación, te mostramos cuáles son los 12 malos hábitos que todos tenemos en la ducha.[/multipage]
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1. No enjabonarse los pies
A menudo enjabonamos todo nuestro cuerpo y dejamos a un lado los pies para no resbalar. Es común pensar que el agua se encargará de limpiarlos, pero es un error. Los pies son una de las zonas más húmedas de nuestro cuerpo, especialmente entre los dedos, y es por ello que debemos asegurarnos de limpiarlos bien para eliminar el riesgo de que aparezcan hongos.
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2. Permanecer mucho tiempo bajo el agua
Las duchas largas son una de las cosas que perjudican nuestra piel, y esto se agrava si lo haces con agua caliente. Permanecer bajo el agua más de 10 minutos elimina la humedad natural de la piel y deja desprotegidas a las capas más superficiales de la piel. Lo mejor es que tus duchas no duren más de 7 minutos.[/multipage]
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3. No acabar con agua fría
El agua fría es muy beneficiosa para la piel, pero aún lo es más para combatir el estrés y fortalecer el sistema inmunológico. En caso de no hacerlo, la ducha no será totalmente relajante y nuestro cuerpo no descansará todo lo que necesita tras un largo día de trabajo. Un truco: el último enjuage del cabello hazlo con agua fría, así tu pelo se verá más brillante.
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4. No hidratar la piel tras la ducha
Inmediatamente después de ducharte debes aplicarte una crema hidratante, leche corporal o tónico de agua de rosas para que tu piel recupere su humedad natural. De no hacerlo, contribuyes a que poco a poco se vuelva más seca y áspera. Si eres un poco perezosa, puedes aplicar un aceite corporal en la propia ducha o un gel con crema hidratante. [/multipage]
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5. Secarse con una toalla áspera
Las toallas pueden estar ásperas por utilizar un mal suavizante o porque son viejas. En cualquier caso, frotarse con ellas puede ser perjudicial para la salud de tu piel. Incluso pueden hacer que los poros queden aún más desprotegidos y puedan llegar a infectarse, dando lugar a espinillas. Una mal toalla puede hacer que aparezcan rojeces y otros problemas cutáneos. Utiliza un suavizante suave para lavar tus toallas, y es imprescindibles que las vayas renovando con el tiempo.[/multipage]
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6. Dejar la esponja colgada
Es muy habitual acabar de ducharnos y colgar la esponja para que se seque, pero es extremadamente perjudicial. La humedad continuada hace que surjan microorganismos y bacterias que luego irán a parar a nuestro cuerpo, fomentando la aparición de infecciones y hongos. Además, es imprescindibles que renueves las esponjas cada 3 o 4 meses. [/multipage]
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7. Ducharse a diario
Repetir todos estos malos hábitos se traducen en un perjuicio para nuestro cuerpo y el efecto se multiplica si lo hacemos a diario, ya que no permitimos al cuerpo que se recupere. Lo ideal es ducharnos días alternos, a excepción de los días en los que practiquemos algún tipo de deporte. ¡Tu piel te lo agradecerá![/multipage]
[multipage] 8. Ponerte champú con el pelo medio mojado
Un hábito muy común es ponerse el champú con el pelo medio mojado, esto es un error. El cabello debe estar totalmente mojado para que pueda recibir los nutrientes y los agentes limpiadores de manera correcta. Si el pelo está medio mojado el producto no se aplica de la misma manera y hará que uses más shampoo del necesario. Además, te aconsejamos que utilices champús sin sulfatos ni siliconas para que la salud de tu cabello no se vea resentida. [/multipage]
[multipage] 9. Abusar del jabón o el gel de ducha
Los geles de jabón eliminan el manto ácido de la piel. No hace falta que enjabones tu cuerpo una y otra vez, con un par basta. Lo mejor es que utilices geles o jabones corporales con fórmulas «sin», este tipo de jabones (llamados syndets) respetan el manto ácido de la piel. Estos geles y jabones los puedes encontrar en cualquier farmacia. [/multipage]
[multipage]10. Ojo con depilarse en la ducha
Muchas mujeres se depilan bajo en agua (en la ducha) y con cuchilla. La mayoría de personas aprovechan para quitarse el vello al mismo tiempo que cae el agua y esto puede provocar irritación en la piel. Para hacerlo correctamente deberías utilizar geles o espumas para depilarte (no jabón). Primero debes aplicar la espuma, después pasar la cuchilla y luego el agua, que debe estar templada o fría. [/multipage]
[multipage] 11. Utilizar los productos capilares en exceso
No debes abusar el champú, del acondicionador o la mascarilla. Si utilizas demasiado producto, acabarás provocando el efecto contrario al deseado. El excedente de producto siempre se queda en la fibra capilar lo que acaba quitando brillo y aportando demasiado peso al cabello. Usa siempre los productos capilares en su justa medida.[/multipage]
[multipage] 12. Olvidar la espalda
La espalda es una de las grandes olvidadas en la ducha. Es verdad, que es complicado llegar a ella, pero existen unos cepillos largos o esponjas que te puede facilitar esta tarea. En la espalda se acumulan un montón de células muertas que hay que eliminar, sino aparecen granos, espinillas, poros…[/multipage]
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